ROM. 5:13, 14. "Porque hasta la ley había pecado en el mundo; mas el pecado no se imputa cuando no hay ley. Sin embargo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, quien es figura del que había de venir". Hay dos cosas que el Apóstol probaría con estas palabras, una de las cuales establece la otra. Primero, probaría que toda la humanidad estaba bajo la ley que Dios le dio a Adán, que establecía que "la muerte es la paga del pecado".

"Esto es evidente, porque ese pecado, como que traía la muerte, estaba en el mundo antes de que hubiera cualquier otra legislación o esquema, dando ley a la humanidad, además de lo que fue para Adán, es decir , en ese espacio de tiempo que fue desde Adán . Por lo tanto, habiendo pecado en el mundo, como trayendo la muerte en ese espacio de tiempo, antes de que Moisés diera la Ley, muestra que había una Ley dada por Dios antes de ese tiempo, amenazando con la muerte a la que estaban sujetos. ; pero esto no podía ser otro que la Ley que Dios le dio a Adán.

Esto prueba que Adán era la cabeza legal de la humanidad; que la humanidad estaba bajo la Ley que le fue dada, en la cual Dios amenazó de muerte por la transgresión; y así Dios, en esta Ley dada a Adán, diciendo: "Cuando pecares, morirás", no sólo le habló a él, aunque habló en número singular; pero en él habló también a la posteridad. Aquí el Apóstol prepara el camino para la segunda cosa que probaría en estas palabras que había afirmado antes, Romanos 5:12 , "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron; que apunta principalmente a la prueba, a saber.

, que toda la humanidad pecó y cayó en Adán. Esto es evidente por el hecho de que Adán es la cabeza legal de la humanidad, que es lo primero que se insinúa. Porque si Dios, cuando habló a Adán en número singular, dándole un precepto, le habló como representante de la posteridad, se seguirá que le habló como representante de su posteridad en la amenaza; y esto es aún más evidente por esto, que la muerte no solo reinó desde Adán hasta Moisés, sino que también reinó sobre aquellos que no habían violado la ley de Adán ellos mismos por su transgresión personal real, como lo había hecho Adán.

ROM. 5:18

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