ROM. 8:29

ROM. 8:29. “Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Esta es la suma de aquello para lo que los elegidos están predestinados, es decir, para ser hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para ser hechos como Su Hijo, y para tener comunión con Él en Su santidad y en Su felicidad. Están predestinados a ser conformados a Su Hijo es Su muerte; en morir al pecado y al mundo, y en su resurrección al ser vivificados de estar muertos en vuestros delitos y pecados; también en la resurrección de sus cuerpos.

"Cristo, las primicias, y después los que son de Cristo, en su venida". Son conformados a Cristo en Su justificación. Cuando Cristo resucitó, fue justificado, y los creyentes en esta justificación no hacen más que participar con Él en Su justificación, en Romanos 8:34 : "¿Quién es el que condenará? está aun a la diestra de Dios, quien también intercede por nosotros.

"Son conformes a Cristo en su relación con el Padre en su filiación, y son hechos también hijos de Dios, de modo que son sus hijos, sólo que Él es el primogénito entre ellos, como observa aquí el Apóstol. Son conformados a Cristo en el amor de los Padres hacia él, y hechos partícipes con él como miembros, son conformados a Cristo en el hecho de ser heredero del mundo, y son coherederos.

Son conformados a Cristo en Su exaltación y glorificación, porque Él y ellos serán glorificados juntamente. Se conforman a Él en la ascensión al cielo; ellos también subirán. Son conformados a Él en la glorificación de Su cuerpo, porque sus cuerpos serán hechos semejantes a Su cuerpo glorioso. Se conforman a Él en Su goce del Padre que está en los cielos: siendo miembros de Él participan con Él en Su goce del amor infinito del Padre, y en Su gozo en el Padre, Su gozo se cumple en ellos, y la gloria que el Padre le ha dado, él les ha dado.

Son conformados a Él en Su reinado sobre el mundo. Se sientan con Él en Su trono, y tienen poder sobre las naciones, y las regirán con vara de hierro, y como vasos de alfarero serán quebrantados hasta estremecerse, tal como Él lo recibió de Su Padre. Serán conformados a Él al juzgar al mundo, porque los santos juzgarán al mundo, sí, se sentarán con Cristo al juzgar a los ángeles.

Esta gloria, esta excelencia y felicidad que consiste en que los santos se conformen a Cristo, es la suma del bien al que están predestinados, y la totalidad de su conformidad con Cristo es lo que el Apóstol tiene respecto, y no sólo su ser hecho semejante a Él en conversión y santificación.

ROM. 9:3

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