La insuficiencia del primer pacto se ilustra aún más por el carácter de sus ordenanzas. Porque no carecía de elaborados e impresionantes nombramientos y reglamentos para el culto, pero estos solo representaban su propia ineficiencia. Especialmente la exclusión del lugar santísimo de todos menos del Sumo Sacerdote, quien solo podía entrar una vez al año y con sangre, significaba que mientras estas ordenanzas permanecieran no podría haber un acercamiento perfecto del adorador a Dios. Pero este acercamiento fue logrado por Cristo quien ministró en el tabernáculo no hecho por manos, y por Su propia sangre limpió la conciencia y así llevó a los hombres a una verdadera comunión con Dios.

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Antiguo Testamento