En 1 Corintios 1:29 se ha declarado excluida toda gloria humana; en esto, el apóstol invita al pueblo nuevo, a los sabios y poderosos que Dios ha suscitado mediante la predicación, a entonar un canto de alabanza, pero de alabanza referente sólo a Dios.

El término κύριος, Señor , en el pasaje de Jeremias 9:23-24 , citado por el apóstol, denota Jehová; pero difícilmente podría fallar en la mente de Pablo aplicarlo al mismo tiempo a Cristo, por quien el Señor ha hecho esta obra, y quien tan a menudo ha recibido el título en este capítulo.

Aquí no hay una exhortación común para glorificar al Señor. Lo que tenemos que ver en estas palabras es una antítesis oculta, que es suficientemente explicada por el pasaje, 1 Corintios 3:21-22 : “Así que, nadie se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro, sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas; y vosotros sois de Cristo, y Cristo es de Dios.

Lo que han llegado a ser por el evangelio, se lo deben solo al Señor, y no a sus instrumentos. Porque en cuanto a lo que han podido hacer, Él es quien lo ha hecho por ellos; por lo tanto, Él es el único que debe ser glorificado. El imperativo καυχάσθω no corresponde gramaticalmente a la conjunción ἵνα, por lo que. Pero el apóstol transforma directamente la conclusión lógica en la exhortación moral contenida en el dicho profético.

Esta última palabra resume la idea dominante de todo el pasaje de 1 Corintios 1:13 : a saber. El lugar único de Cristo en relación con la Iglesia. Que los demás sean maestros, sólo Él es κύριος; porque sólo Él ha pagado el rescate. ¡Solo a Él sea la alabanza!

Así como Dios en la salvación de la humanidad ha dejado de lado la sabiduría humana, primero por el modo de salvación que ha elegido, luego por el modo de propagación que ha adoptado para la Iglesia, el apóstol también la ha dejado de lado en su modo de la predicación; tal es la idea que desarrolla al cerrar este pasaje, 1 Corintios 2:1-5 . Así todo es armonioso en la obra Divina: el evangelio, la obra, el predicador.

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