Él no me ha afligido. El fornicario no me entristeció solamente a mí.

Pero en parte. Él entristeció, dice Anselmo, a muchos otros hombres buenos así como a mí; aquellos, a saber, que desterraron de su sociedad con ignominia al hombre que ya había excomulgado.

Para que no les cobre de más a todos. Sobrecargaros poniéndoos la sospecha de que no son muchos los que se afligen por causa del incestuoso. En la Primera Epístola (v. 2) parece haberlos acusado a todos de consentir o de tratar con ligereza el pecado del incesto.

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Antiguo Testamento