No de la letra sino del espíritu. No de la ley, sino de la gracia. Soy ministro del Nuevo Testamento, pero no para traer tablas de la ley y del pacto y sus palabras, como hizo Moisés en el Antiguo Testamento, sino para que Dios os inspire con mis palabras las cosas celestiales. pensamientos y deseos. Cf. Agustín. ( de Spirit. et Lit. c. iii.).

Porque la letra mata. (1.) Crisóstomo, Ambrosio, Agustín ( de Doctr. Christ. lib. iii. c. 4) explican que la letra de la ley condena y condena a muerte a quienes no obedecen esta letra, es decir , los preceptos de la ley relativa a la justicia y la caridad. Porque esta letra de la ley establece que cualquiera que quebrante la ley morirá de muerte. (2.) S. Agustín da otra explicación.

Si abusas del significado literal, y descuidas el sentido de la Escritura, y caes en el error, como hacen los judíos y los herejes, entonces la letra mata. (3.) Cuando los dichos metafóricos se toman literalmente (S. Agustín, ibid. cv, vi.). (4.) Cuando se entiende que los tipos de la nueva ley contenidos en la antigua siguen siendo vinculantes en su significado literal ( ibid. Cf. también Orígenes, contra Celsum , lib. iii.

; Dídimo, de Spirit. Santo. liberación iii.). Los Padres en general dicen con frecuencia que la letra , es decir , el sentido literal de la ley, mata, pero el espíritu , es decir , el sentido espiritual y alegórico, da vida. Esto se debe a que ahora no es lícito a los cristianos observar las ceremonias y los preceptos rituales de la antigua ley literalmente bajo pena de muerte; pero están obligados a hacer lo que esas ceremonias significaban alegóricamente si quieren alcanzar la vida de gracia y gloria.

(5.) S. Agustín nuevamente en el mismo lugar dice que la letra, tanto de la ley antigua como de la nueva, mata si se separa del espíritu; sino que este pasaje se refiere solamente a la ley antigua, porque Moisés, cuando dio la ley, dio sólo la letra, pero Cristo dio el espíritu y la letra, y de ahí establece que la ley no se puede cumplir por la fuerza de la sola naturaleza, sino que requiere la gracia de Cristo.

(6.) S. Agustín una vez más y Anselmo dicen que la letra mata al dar ocasión al pecado; porque la ley es la ocasión por la cual se enciende la concupiscencia y se produce el pecado que mata el alma. Este sentido y el primero son los más literales.

Pero el Espíritu da vida . (1.) El Espíritu da al alma la vida sobrenatural de la gracia y la caridad. (2.) Él da motivos y fuerza para las buenas obras y para cumplir la ley. (3.) Él nos guía hacia la vida eterna prometida por la ley a los que la guardan. De esta vida y Espíritu los Apóstoles fueron enviados por Cristo como ministros.

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