Y María dijo: He aquí la sierva ... - Esta fue una expresión de resignación a la voluntad de Dios y de fe en la promesa. Ser la "sierva del Señor" es ser sumiso y obediente, y es lo mismo que decir: "Le doy todo el crédito a todo lo que se dice y estoy perfectamente listo para obedecer todos los mandamientos del Señor".

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