Preguntan y no reciben - Es decir, algunos de ustedes preguntan, o preguntan en algunas ocasiones. Aunque buscas en general lo que deseas con conflictos, y sin tener en cuenta los derechos de los demás, a veces oras. No es raro que los hombres que van a la guerra recen o contraten los servicios de un capellán para rezar por ellos. A veces sucede que los codiciosos y los pendencieros; que aquellos que viven para maltratar a otros, y que son aficionados al litigio, oren. Tales hombres pueden ser profesores de religión. Mantienen una forma de adoración en sus familias. Oran por el éxito en sus compromisos mundanos, aunque esos compromisos se basan en la codicia. En lugar de buscar propiedades para glorificar a Dios y hacer el bien; para que puedan aliviar a los pobres y angustiados; para que puedan ser los mecenas del aprendizaje, la filantropía y la religión, lo hacen para que puedan vivir en esplendor y puedan consentir sus deseos. De hecho, no es muy común que personas con tales fines y objetivos de vida oren, pero a veces lo hacen; para, ay! Hay muchos profesores de religión que no tienen objetivos más altos que estos, y no pocos de ellos consideran que la coherencia exige que observen alguna forma de oración. Si tales personas no reciben lo que piden, si no prosperan en sus planes, no deben establecerlo como evidencia de que Dios no escucha la oración, sino como evidencia de que sus oraciones se ofrecen por objetos inapropiados o con motivos

Porque preguntas mal - Lo haces con miras a la autocomplacencia y la satisfacción carnal.

Para que pueda consumirlo en sus deseos - Margen, "placeres". Esta es la misma palabra que se usa en Santiago 4:1 y representa lujurias. La referencia es a las gratificaciones sensuales, y la palabra incluiría todo lo que viene bajo el nombre de placer sensual o apetito carnal. No era que pudieran tener una vida digna y cómoda, lo que no sería inapropiado desear, sino que podrían tener los medios para vestirse y vivir lujosamente; quizás el medio de gratificaciones sensuales groseras. Las oraciones ofrecieron que podamos tener los medios de sensualidad y voluptuosidad, no tenemos razón para suponer que Dios responderá, porque él no ha prometido escuchar tales oraciones; y se convierte en todo aquel que reza por la prosperidad mundana, y por el éxito en los negocios, examinar sus motivos con el mayor escrutinio. En ninguna parte es más probable que el engaño se filtre que en tales oraciones; en ninguna parte es más probable que nos equivoquemos con respecto a nuestros motivos reales, que cuando vamos ante Dios y pedimos éxito en nuestros empleos mundanos.

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