Entonces, ¿hacemos nula la ley por medio de la fe? Dios no lo quiera: no, nosotros establecemos la ley. [¿La conclusión, probada por mi argumento, anula el efecto de la ley? Dios no lo quiera: por el contrario, establece la ley limpiándola de malentendidos. Fue dada para mostrar que ningún hombre podía alcanzar la salvación por la justicia propia, y la establecemos mostrando que cumplió el fin para el cual fue formulada. Hemos mostrado que de nada servía justificar a los hombres; pero de gran servicio para convencerlos de pecado, y así conducirlos a Cristo para su justificación.]

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Antiguo Testamento