“Pero cuando se hizo de día, los magistrados enviaron a los sargentos, diciendo: Dejad ir a esos hombres “Sargentos” “Lit., los que empuñan la vara. Los lictores romanos. Tenían que infligir el castigo a los condenados” (Vincent p. 535). “Dejen ir a esos hombres” “En algunos pueblos, los personajes indeseables son encarcelados por algún cargo insignificante, y cuando son liberados, están muy felices de seguir adelante y escapar" (Reese p.

593). "Se pensó que los prisioneros, liberados tan temprano en la mañana, estarían felices de escapar de la ciudad, y no ocurriría más agitación de la multitud. Los magistrados poco sabían con qué tipo de hombres estaban tratando” (McGarvey p. 106).

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