Amad a vuestros enemigos ; no su carácter o su conducta, sino sus almas. Oren por ellos y busquen su bien. El amor a los enemigos y la disposición a hacerles el mayor bien que el deber permita, asemeja a los hombres a Dios.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento