Dios estaba en Cristo, etc.] Cuando vemos a Cristo enseñando, sanando, perdonando, consolando y muriendo por los hombres, hemos de ver allí la expresión del amor y el profundo deseo de Dios. En esta obra expiatoria, Cristo fue 'la imagen expresa de Su Persona'. Reconciliar al mundo consigo mismo ] El deseo de reconciliación vino de Dios.

(d) 5: 20-7: 1. Llamamiento a la pureza de vida

Como embajador de Cristo, San Pablo les ruega que se reconcilien con Dios. Y no solo hace esta súplica con palabras; les apela con su vida y conducta en todas las variadas experiencias por las que ha de atravesar. Les pide un mayor afecto hacia sí mismo y, recordándoles las promesas de Dios a los puros, les pide que se mantengan "sin mancha del mundo".

20, 21. Paráfrasis. “Nosotros, entonces, somos embajadores en lugar de Cristo, transmitiéndoles el mensaje y el deseo de Dios; te pedimos, hablando en nombre de Cristo, que aceptes esta gran salvación. (21) Para asegurar nuestra salvación, Dios entregó a su Hijo sin pecado a la muerte, haciéndole llevar el castigo de nuestra culpa, para que pudiéramos ser partícipes de su naturaleza divina al someternos por completo a la influencia transformadora de Cristo.

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