Como todo hombre ha recibido el don O, un don , espiritual o temporal, ordinario o extraordinario (aunque este último parezca primordialmente intencionado), ministre el mismo a otro Emplee ese don para el bien común; como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios De los talentos que su amor gratuito os ha confiado. Si alguno habla en asambleas públicas o en las reuniones sociales de sus hermanos cristianos; que hable como los oráculos de Dios. Que todas sus palabras se ajusten a ese modelo, tanto en materia como en forma, y ​​más especialmente cuando habla en público. Por esta marca siempre podemos saber quiénes son, hasta ahora, los verdaderos o falsos profetas. Los oráculos de Dios enseñan que los hombres debenarrepiéntete, cree y obedece; el que se ocupa de la fe y deja fuera el arrepentimiento y los frutos dignos de arrepentimiento; o trata del arrepentimiento y sus frutos, pero omite inculcar la fe; o quien no ordena la santidad práctica a los creyentes, no habla como los oráculos de Dios; no predica a Cristo, que piense tan bien de sí mismo como quiera.

Si algún hombre sirve a su hermano con amor, ya sea en lo temporal o en lo espiritual; que lo haga según la capacidad que Dios le da , es decir, humilde y diligentemente, atribuyendo todo su poder a Dios y usándolo con su fuerza; que Dios en todas las cosas, ya sean naturales o por gracia; puede ser glorificado por Jesucristo, el sabio dispensador de estos dones; a quien Como nuestro gran Redentor y Salvador; sea ​​alabanza y dominio en griego, η δοξα και το κρατος, la gloria de ellos, y el poder de dispensarlos; o la gloria de su sabiduría, que nos enseña a hablar, y el poder que nos capacita para actuar.

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