Dios no nos ha dado el espíritu de temor; - San Pablo tiene frecuentes referencias en sus epístolas al terror que acompañó a la promulgación de la ley desde el Monte Sinaí, e insinúa que los cristianos judaizantes, a quienes les gustaba tanto la dispensación legal, eran de espíritu legal; un espíritu servil de esclavitud y miedo, como si tuvieran el trueno del monte Sinaí todavía en sus oídos; hombres de espíritus intimidados y mezquinos, que temían sufrir por su religión. Pero se ocupa de señalar la libertad y la fortaleza, el amor y la discreción del verdadero espíritu cristiano; y de hecho , la discreción, el amor y la fortaleza deben ir siempre de la mano.

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