No os hagáis tesoros. - Literalmente, con una fuerza de la que carecen los ingleses, no atesores tus tesoros.

Donde la polilla y el orín corrompen. - La primera palabra apunta a una forma de riqueza oriental, las costosas prendas de material rico, a menudo bordadas con oro y plata. (Comp. “Tus vestidos son apolillados” en Santiago 5:2 ) La segunda palabra no es tanto el “óxido” específico de los metales, sino la descomposición que carcome y corroe todos los bienes perecederos de la tierra.

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