Señor, no soy digno. - En el relato de San Lucas, los amigos entregan el mensaje comenzando con "No te preocupes", siendo la palabra coloquial, que a partir de la idea de desollar, o mutilar, pasó a la de "preocuparse", "irritar," " y similares. El sentido de indignidad implicaba a la vez la conciencia de sus propios pecados y el reconocimiento de la inmensa santidad y majestad del Maestro al que se dirigía.

Habla solo la palabra. - Esta fue la prueba especial de la fe del orador. Se había elevado por encima de la idea de una influencia mágica, que operaba por tacto o encanto, a la de un poder delegado que dependía únicamente de la voluntad de Aquel que lo poseía.

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