Quien, en el lado humano, como para mostrar que las profecías se cumplieron realmente en Él, nació de la simiente de David, el linaje legítimo del Mesías; quien, en el lado divino, en virtud del atributo divino de santidad que habita en Su espíritu, fue declarado Hijo de Dios, por esa poderosa demostración, la resurrección de los muertos.

Según la carne. - La palabra se usa aquí como equivalente a "en Su naturaleza humana, en esa organización corporal inferior que Él comparte con nosotros los hombres".

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