Versículo 15. Esto os decimos por la palabra del Señor... Esto lo tengo, por revelación expresa, del Señor: lo que ahora entrega, lo da como procedente inmediatamente del Espíritu de Dios. En efecto, la razón humana no podría haber descubierto los puntos que inmediatamente subraya; ninguna conjetura podría conducir a ellos. Aunque se crea en la doctrina general de la resurrección, lo que sigue no se desprende de las premisas; son doctrinas de pura revelación, que nunca podrían haber sido descubiertas por el ingenio humano. En ningún lugar el apóstol habla con más confianza y positivamente de su inspiración que aquí; y debemos prepararnos para recibir una verdad trascendental e interesante.

Nosotros los que vivimos y permanecemos... Con el pronombre nosotros, el apóstol no se refiere a sí mismo ni a los tesalonicenses a los que entonces escribía; está hablando de los auténticos cristianos que se encontrarán en la tierra cuando Cristo venga al juicio. Por no considerar la manera en que el apóstol usa esta palabra, algunos han sido llevados a suponer que él imaginaba que el día del juicio tendría lugar en esa generación, y mientras él y los entonces creyentes en Tesalónica estaban en vida. Pero es imposible que un hombre, bajo una influencia tan directa del Espíritu Santo, se permita cometer semejante error; es más, ningún hombre en el ejercicio de su sobria razón podría haberse formado tal opinión; no había nada que justificara la suposición; ninguna premisa de la que pudiera deducirse con justicia; ni, de hecho, nada en las circunstancias de la Iglesia, ni en la constitución del mundo, que pudiera haber sugerido un indicio de ese tipo. El apóstol está hablando de la cosa indefinidamente en cuanto al tiempo en que sucederá, pero positivamente en cuanto al ORDEN que se observará entonces.

No impedirá a los que duermen... Los que se hallen vivos en aquel día, aunque no pasen por la muerte, sino que sean cambiados repentinamente, no irán a la gloria antes que los muertos, pues los muertos en Cristo resucitarán primero; ellos serán resucitados, sus cuerpos serán gloriosos, y serán arrebatados para encontrarse con el Señor, antes de que los demás sean cambiados. Y este parece ser el sentido de las palabras del apóstol, μη φθασωμεν, que traducimos no impedirá; pues, aunque esta palabra impedir, de prae y venio, significa literalmente ir delante, sin embargo la usamos ahora en el sentido de estorbar u obstruir. φθανειντινα significa lo mismo, según Hesiquio, que προηκειν, ir antes, προλαμβανειν, anticiparse, estar antes. Los que sean hallados vivos en aquel día no anticiparán la gloria antes que los muertos en Cristo; pues ellos resucitarán primero y comenzarán a disfrutarla antes de que los demás sean transformados. Este parece ser el sentido del apóstol.

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