Versículo 17. Todo lo que hagáis de palabra o de obra... Que vuestras palabras sean rectas, y vuestras acciones rectas.

Haced todo en el nombre del Señor Jesús... Empezad por él y acabad por él; invocad su nombre y pedid su dirección y apoyo en todo lo que hagáis, y así toda obra será coronada con todo el éxito necesario. Hacer todo en el nombre de Dios, y referir todo a su gloria, es tan racional como piadoso. ¿Podría suponerse que alguna persona comenzara una obra mala en nombre de Dios? Sin embargo, es así. Ningún pueblo en el universo se adhiere más estrictamente a la letra de este consejo que los mahometanos, pues nunca emprenden una obra, ni comen carne, ni escriben un libro, sin prologar todo con: 

[Árabe]

Bismillahi, Arrahmani, Arraheemi;

"En el nombre del Dios más misericordioso y compasivo".

No sólo los libros de devoción, sino también los libros de todas las artes y ciencias, los libros de cuentos y romances, los libros de poesía y los que tratan de los elementos de la lectura, etc., comienza así, es más, se prefija al [árabe] Lizit un Nissa, una de las producciones más abominables que jamás salió de la pluma del hombre, y es precisamente lo mismo entre los mahometanos, que la infame obra de Nicolás Chorier, llamada Elegantiae Latini Sermonis, falsamente atribuida a Juan Meursius, ha sido entre algunos llamados cristianos. De ambos, con una insignificante hipérbole, puede decirse: "Seguramente estos libros fueron escritos en el infierno, y el autor de ellos debe ser ciertamente el diablo".

Dar gracias a Dios... Incluso las alabanzas, así como las oraciones, deben ascender a Dios a través de este Mediador. No tenemos autoridad para decir que Dios aceptará incluso nuestra acción de gracias, a menos que ésta ascienda a él a través de Cristo Jesús.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad