Versículo 9. Por lo cual Dios también lo ha exaltado hasta lo sumo...  Si con su humillación ha merecido el perdón y la salvación final para todo el mundo, ¿es de extrañar que el cuerpo humano, en el que habitó esta plenitud de la Divinidad, y en el que soportó en el madero el castigo debido a nuestros pecados, sea exaltado por encima de todos los seres humanos y de todas las criaturas? Y este es el hecho; porque le ha dado un nombre, το ονομα, el nombre, que está por encima de todo nombre: το es prefijado a ονομα aquí por ABC, 17, Orígenes, Dionisio Alejandrino, Eusebio, Cirilo y Procopio. Esto lo hace mucho más enfático. Según Efesios 1:20 , el hombre Cristo Jesús es exaltado a la diestra de Dios, muy por encima de todo principado, y poder, y fuerza, y dominio, y de todo nombre que se nombra, no sólo en este mundo, sino también en el venidero. De lo cual se desprende que ninguna criatura de Dios es tan exaltada y tan gloriosa como el hombre Cristo Jesús, siendo la naturaleza humana en él dignificada infinitamente más allá de la naturaleza angélica; y que esta naturaleza tiene una autoridad y preeminencia que ningún ser, ni en el cielo ni en la tierra, disfruta. En una palabra, como el hombre estaba al principio a la cabeza de todas las criaturas de Dios, Jesucristo, al asumir la naturaleza humana, sufriendo y muriendo en ella, la ha elevado a su estado prístino. Y esto es probablemente lo que se quiere decir aquí con esta alta exaltación de Cristo, y con darle un nombre que está por encima de todo nombre. Pero si nos referimos a algún epíteto en particular, entonces el nombre de JESÚS o Salvador debe ser el que se pretende; ya que ningún ser, ni en el cielo ni en la tierra, puede poseer este nombre como lo hace el que es el Redentor del mundo, pues es el único Salvador; nadie nos ha redimido o podría redimirnos a Dios sino él; y por toda la eternidad aparecerá siempre como el único Salvador del género humano. Por eso, antes de su nacimiento, Gabriel declaró que su nombre se llamaría JESÚS; dando por razón que salvará a su pueblo de sus pecados. Las cualidades del Salvador del mundo fueron tan extraordinarias, los actos redentores tan estupendos, y el resultado de todo ello tan glorioso tanto para Dios como para el hombre, que es imposible concebir un nombre o título más alto que el de JESÚS, o Salvador del mundo.

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