Verso 28. La sala del juicio... εις το πραιτωριος, Al pretorio. Esta era la casa donde se alojaba Pilato; de ahí que se llame en nuestro margen, la casa de Pilato. El pretorio se llama así por ser la morada del pretor, o jefe de la provincia. También era el lugar donde celebraba su tribunal y juzgaba las causas.

San Juan ha omitido todo lo que ocurrió en la casa de Caifás -las acusaciones presentadas contra Cristo-, los falsos testigos, los insultos que recibió en la casa del sumo sacerdote y la reunión del gran consejo o Sanedrín. Los otros tres evangelistas los detallaron ampliamente, y por eso parece que los omitió. El de Juan es propiamente un Evangelio suplementario.

Para que no se contaminen... Los judíos consideraban que incluso el contacto con un gentil era una contaminación legal, y por ello no se aventuraban a entrar en el pretorio, por temor a contraer alguna impureza, lo que les habría obligado a separarse de todas las ordenanzas religiosas hasta la noche,  Levítico 15:10-3; Levítico 15:19-3.

Para que comieran la pascua... Algunos sostienen que το πασχα no se refiere aquí al cordero pascual, sino a los demás sacrificios que se ofrecían durante la solemnidad pascual, pues éste se había comido la noche anterior; y que nuestro Señor fue crucificado al día siguiente de la pascua. Otros han sostenido que aquí se habla del cordero pascual; que éste era el día apropiado para sacrificarlo; que fue en la misma hora en que fue ofrecido que Cristo expiró en la cruz; y que por lo tanto nuestro Señor no comió el cordero pascual este año, o que lo comió algunas horas antes del tiempo común. El obispo Pearce supone que a los judíos les era lícito comer el cordero pascual en cualquier momento entre la tarde del jueves y la del viernes. Conjetura también que este permiso era necesario a causa del inmenso número de corderos que debían matarse para ese fin. Cuando Cestio quiso saber el número de judíos, preguntó a los sacerdotes cómo podría cumplir su deseo. Le informaron de que podría saberlo por el número de corderos sacrificados en la Pascua, ya que nunca menos de diez participaban de un cordero, aunque veinte se dieran un festín con él. Según este modo de cálculo, encontró que los corderos eran 256.500; εικοσι πεντε μυριαδας ηριθμησαν, προς δε ἑξακισχιλια και πεντακοσια. Véase Josefo, Guerra, b. vi. c. 9. s. 3.

Que Jesús comió una pascua este último año de su vida es suficientemente evidente por Mateo 26:17; Marco 14:12; Lucas 22:8; y que comió esta pascua algunas horas antes de la hora ordinaria, y que él mismo fue inmolado a la hora en que la ley ordenó que se sacrificara el cordero pascual, es muy probable, si no absolutamente cierto. Mateo 26:20 Mateo 26:20, y al final del capítulo, donde se encuentra el tema y las diferentes opiniones al respecto, se consideran en gran medida.

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