Verso Romanos 14:15 . Si tu hermano se entristece... Si él piensa que tú haces mal, y en consecuencia tropieza con tu conducta.

Ahora no andas con compasión... κατα αγαπην, según el amor; porque el amor no hace mal al prójimo; pero al comer una clase particular de carne, de la que no depende ni tu vida ni tu bienestar, le haces mal al afligir y angustiar su mente; y, por lo tanto, infringes la ley de Dios en referencia a él, mientras pretendes que tu libertad cristiana te eleva por encima de sus escrúpulos.

No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió. Esto pone la conducta poco caritativa de la persona en cuestión en la luz más fuerte, porque supone que el hermano débil puede ser tan perturbado como para caer y perecer finalmente; incluso el hombre por quien Cristo murió. Herir a un hombre en sus circunstancias es malo; herirlo en su persona es peor; herirlo en su reputación es aún peor; y herir su alma es lo peor de todo. Ninguna maldad, ninguna malicia, puede ir más lejos que la de dañar y destruir el alma: tu conducta poco compasiva puede llegar hasta ahí; por eso eres altamente criminal ante Dios.

De este versículo aprendemos que un hombre por el que Cristo murió puede perecer, o tener su alma destruida; y destruida con una destrucción tal que implica perdición; el original es muy enfático, μη - εκεινον απολλυε, ὑπερ οὑ Χριστος απεθανε. Cristo murió en su lugar; no destruyas su alma. La muerte sacrificial está expresada con toda la fuerza posible, y no hay palabra en el Nuevo Testamento que implique más forzosamente la ruina eterna que el verbo απολλυω, del que se deriva ese nombre tan significativo del Diablo, ο απολλυων, el DESTRUCTOR, el gran asesino universal de almas.

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