Ireneo Contra las Herejías Libro III "Y en todas partes, cuando [refiriéndose a] la pasión de nuestro Señor, y a Su naturaleza humana, y Su sujeción a la muerte, emplea el nombre de Cristo, como en ese pasaje: "No lo destruyas con tu carne por la que Cristo murió»[335].

Una carta de Orígenes a Africanus

nos damos cuenta de tales cosas, debemos rechazar de inmediato como espurias las copias en uso en nuestras Iglesias, y ordenar a la hermandad que deseche los libros sagrados corrientes entre ellos, y persuadir a los judíos, y persuadirlos para que nos den copias que serán sin manipulación y libre de falsificación! ¿Debemos suponer que aquella Providencia que en las Sagradas Escrituras ha ministrado para la edificación de todas las Iglesias de Cristo, no pensó en los comprados por precio, por los cuales Cristo murió;[4]

Orígenes Contra Celso Libro VIII

y otra vez: "No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió"[55].

La Segunda Epístola de Clemente Acerca de la Virginidad

Porque "si por causa de la comida nuestro hermano se entristece, o se escandaliza, o se debilita, o se le hace tropezar, no andamos en el amor de Dios. Por causa de la comida tú haces perecer a aquel por cuya causa Cristo murió.”[23]

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