Pero han renunciado a (b) las cosas ocultas de la deshonestidad, no andando con astucia, ni manejando la palabra de Dios (c) con engaño; sino mediante la manifestación de la verdad recomendándonos a la conciencia de todo hombre delante de Dios.

(b) La sutileza y toda clase de engaños que los hombres persiguen, como si fueran guaridas y escondrijos, para cubrir sus desvergonzados tratos.

(c) Esto es lo que llamó en el capítulo anterior, hacer mercadería de la palabra de Dios.

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