Por tanto, si un hombre (h) se purga de ellos, será un vaso para honra, santificado y apto para el uso del maestro, [y] preparado para toda buena obra.

(h) Con estas palabras se entiende la ejecución del asunto, y no la causa: porque en el hecho de que nos purificamos, no debe atribuirse a ningún libre albedrío que haya en nosotros, sino a Dios, que obra libre y totalmente. en nosotros, una buena y eficaz voluntad.

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