(10) Obedeced a los que os gobiernan, y someteos a vosotros mismos, porque ellos velan por vuestras almas, como los que deben dar cuenta, para que lo hagan con gozo y no con dolor; porque eso no es provechoso para nosotros. usted.

(10) Debemos obedecer las advertencias y amonestaciones de nuestros ministros y ancianos, que velan por la salvación de las almas que se les encomiendan.

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