Estas palabras dijo Jesús en el (e) tesoro, mientras enseñaba en el templo: y nadie le echó mano; (7) porque aún no había llegado su hora.

(e) Este era un cierto lugar designado para la recolección de las ofrendas. (7) Vivimos y morimos según la voluntad de Dios, y no de los hombres: por tanto, nos conviene que avancemos constantemente en nuestra vocación.

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