Estas palabras dijo Jesús en la tesorería: La tesorería era la parte del patio de mujeres, donde se colocaban los cofres para recibir las ofrendas de los que venían a adorar (véase Marco 12:41 ) y, en consecuencia, era un lugar de gran concurso, siendo recurrido incluso por los sacerdotes y gobernantes. Por tanto, el comentario del evangelista, de que la conversación anterior sucedió en la tesorería, nos da una gran idea de la intrepidez de nuestro Señor: aunque estaba en medio de sus enemigos, hablaba con valentía, sin temerles en lo más mínimo. Parece que su divina providencia dominó tanto los espíritus de estos hombres malvados, que ninguno de ellos intentó apoderarse de él, porque el tiempo de sus sufrimientos aún no había llegado.

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