(3) Y cuando se cumplieron ocho días para la circuncisión del niño, se llamó su nombre JESÚS, que así lo llamó el ángel antes de que fuera concebido en el vientre.

(3) Cristo, cabeza de la Iglesia, sometido a la ley para librarnos de la maldición de la ley (como bien declara el nombre de Jesús), siendo circuncidado, ratifica y sella en su propia carne la circuncisión del carne.

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