• Isaías 30:18

    Por tanto, el SEÑOR espera para tener piedad de ustedes; por eso, se levanta para tener misericordia de ustedes. Porque el SEÑOR es un Dios de justicia, ¡bienaventurados son todos los que esperan en él!

  • Isaías 30:19

    Ciertamente, oh pueblo de Sion que habitas en Jerusalén, nunca más volverás a llorar. De veras se apiadará de ti al oír la voz de tu clamor; al oírla, te responderá.

  • Isaías 30:20

    Aunque el Señor les dé pan de congoja y agua de angustia, tu Maestro nunca más se ocultará, sino que tus ojos verán a tu Maestro.

  • Isaías 30:21

    Entonces tus oídos oirán a tus espaldas estas palabras: “¡Este es el camino; anden por él, ya sea que vayan a la derecha o a la izquierda!”.

  • Isaías 30:22

    Y considerarás inmundas tus imágenes talladas cubiertas de plata y tus imágenes de fundición revestidas de oro. Las tirarás como a trapo sucio; les dirás: “¡Fuera!”.

  • Isaías 30:23

    Entonces, cuando siembres la tierra, él dará lluvia a tu sembrado. El alimento que produzca la tierra será sustancioso y abundante. En aquel día tus ganados serán apacentados en amplias praderas.

  • Isaías 30:24

    También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y horquilla.

  • Isaías 30:25

    Y sucederá en el día de la gran matanza, cuando caigan las torres, que habrá arroyos, corrientes de agua, sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada.

  • Isaías 30:26

    La luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, en el día en que el SEÑOR ponga vendas a la fractura de su pueblo y cure las contusiones que él le ha causado.

  • Isaías 30:27

    He aquí que el nombre del SEÑOR viene de lejos. Arde su furor y levanta densa humareda. Sus labios están llenos de ira, y su lengua es como fuego consumidor.

  • Isaías 30:28

    Su aliento, cual torrente desbordado, llega hasta el cuello para zarandear a las naciones en la zaranda hasta acabar con ellas, y para sujetar las mandíbulas de los pueblos con freno que los haga errar.

  • Isaías 30:29

    Pero ustedes tendrán una canción, como la noche en que se celebra una fiesta sagrada. Tendrán alegría de corazón, como el que, al son de la flauta, viene al monte del SEÑOR, a la Roca de Israel.

  • Isaías 30:30

    Entonces el SEÑOR hará oír la majestad de su voz, y dejará ver el descenso de su brazo con furor de ira y con llama de fuego consumidor, con lluvia violenta, torrente y piedras de granizo.

  • Isaías 30:31

    Porque Asiria será hecha pedazos a causa de la voz del SEÑOR; con un palo la golpeará.

  • Isaías 30:32

    Y sucederá que cada pasada de la vara de corrección que el SEÑOR descargará sobre ella será al son de panderos y de liras. Blandiendo el brazo combatirá contra ella.

  • Isaías 30:33

    Porque desde hace tiempo está listo el Tófet; para el rey ha sido preparado. Su pira se ha hecho profunda y ancha, con su hoguera y abundante leña. El soplo del SEÑOR la encenderá como torrente de azufre.

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