• Jeremias 7:12

    “Vayan, pues, a mi lugar que estuvo en Silo, donde al principio hice morar mi nombre, y vean lo que le hice a causa de la maldad de mi pueblo Israel.

  • Jeremias 7:13

    Ahora pues, dice el SEÑOR, por cuanto han hecho todas estas obras — y a pesar de que les hablé persistentemente, no escucharon; y cuando los llamé, no respondieron — ,

  • Jeremias 7:14

    por eso, como hice a Silo, haré a este templo que es llamado por mi nombre y en el cual confían, a este lugar que les di a ustedes y a sus padres.

  • Jeremias 7:15

    Y los echaré de mi presencia como eché a todos sus hermanos, a toda la descendencia de Efraín.

  • Jeremias 7:16

    “Tú, pues, no ores por este pueblo. No levantes por ellos clamor ni oración; no intercedas ante mí, porque no te escucharé.

  • Jeremias 7:17

    ¿No ves lo que hacen estos en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

  • Jeremias 7:18

    Los hijos recogen la leña, y los padres encienden el fuego. Las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la Reina del Cielo y para derramar libaciones a otros dioses, para ofenderme.

  • Jeremias 7:19

    ¿Me ofenderán a mí?, dice el SEÑOR. ¿Acaso no actúan, más bien, para su propia vergüenza?”.

  • Jeremias 7:20

    Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios: “He aquí que mi furor y mi ira se derraman sobre este lugar, sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Se encenderá y no se apagará”.

  • Jeremias 7:21

    Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: “Añadan sus holocaustos a sus sacrificios y coman carne.

  • Jeremias 7:22

    Porque el día en que los saqué de la tierra de Egipto, no hablé con sus padres ni les mandé acerca de holocaustos y sacrificios.

  • Jeremias 7:23

    Más bien, les mandé esto diciendo: ‘Escuchen mi voz; y yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Anden en todo camino que les he mandado, para que les vaya bien’.

  • Jeremias 7:24

    Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según sus propios planes. Caminaron hacia atrás y no hacia adelante.

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