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Si él destruye no será edificado de nuevo. Si él cierra ante el hombre no habrá quien le abra.
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Si él detiene las aguas todo se seca; y si las deja ir trastornan la tierra.
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Con él están el poderío y la victoria; suyo es el que yerra y el que hace errar.
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A los consejeros despoja de consejo y entontece a los jueces.
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Él suelta las ataduras que imponen los reyes y ata con una cuerda sus cinturas.
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Hace ir descalzos a los sacerdotes y arruina a los poderosos.
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Quita la palabra a los tenidos por fieles y a los ancianos priva de discernimiento.
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Derrama menosprecio sobre los nobles y afloja el cinturón de los fuertes.
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Descubre las profundidades de las tinieblas y saca a la luz la densa oscuridad.
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Lleva las naciones al apogeo y luego las destruye; él engrandece a los pueblos y luego los abandona.
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Priva de reflexión a los jefes del pueblo de la tierra y les hace errar sin rumbo en el vacío.
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No teniendo luz van palpando las tinieblas, y los hace tambalear como borrachos.
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