- 
                
                
Salmo de Asaf. ¡Ciertamente bueno es Dios para con Israel, para con los limpios de corazón!
             
                    - 
                
                
En cuanto a mí, por poco se deslizaron mis pies; casi resbalaron mis pasos
             
                    - 
                
                
porque tuve envidia de los arrogantes al ver la prosperidad de los impíos.
             
                    - 
                
                
Pues no hay para ellos dolores de muerte; más bien, es robusto su cuerpo.
             
                    - 
                
                
No sufren las congojas humanas ni son afligidos como otros hombres.
             
                    - 
                
                
Por eso la soberbia los ciñe cual collar, y los cubre un vestido de violencia.
             
                    - 
                
                
Sus ojos se les salen de gordura; logran con creces los antojos de su corazón.
             
                    - 
                
                
Se mofan y hablan con maldad; desde lo alto planean la opresión.
             
                    - 
                
                
Dirigen contra el cielo su boca, y su lengua recorre la tierra.
             
                    - 
                
                
Por eso mi pueblo va hacia ellos y beben de lleno sus palabras.
             
                    - 
                
                
Ellos dicen: “¿Cómo sabrá Dios?”. O “¿Habrá conocimiento en el Altísimo?”.
             
                    - 
                
                
He aquí, estos impíos siempre están tranquilos y aumentan sus riquezas.
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad