Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,

Otro motivo para el temor reverencial de desagradar a Dios: la consideración del costoso precio de nuestra redención del pecado. Somos nosotros los que somos comprados por la sangre de Cristo, no el cielo: el cielo es la "herencia" que se nos da como hijos, por la promesa de Dios.

Redimido. El oro y la plata, siendo ellos mismos corruptibles y de poco valor, no pueden liberar a nadie de la corrupción espiritual y corporal. Contrastando esto, está la "preciosa sangre" de Cristo. Los israelitas fueron rescatados con medio siclo cada uno, que se destinaba a comprar el cordero para el sacrificio diario. Pero el Cordero que redime a los israelitas espirituales lo hace 'sin dinero ni precio'. Devota por el pecado a la justicia de Dios, la iglesia de los primogénitos es redimida del pecado y la maldición con la preciosa sangre de Cristo. La idea es la de sustitución, la entrega de uno por otro como rescate o equivalente. El hombre está 'vendido bajo el pecado' como esclavo; encerrado bajo condenación. El rescate fue, por lo tanto, pagado al Juez justamente airado, y aceptado como una satisfacción vicaria por nuestro pecado, en la medida en que fue Su propio amor, así como su justicia, lo que lo designó. Un israelita vendido como esclavo por deudas podría ser redimido por uno de sus hermanos. Dado que no podíamos redimirnos a nosotros mismos, Cristo asumió nuestra naturaleza para convertirse en nuestro Hermano, y así en nuestro Dios o Redentor. La santidad es el fruto natural de la redención "de nuestra vana conversación", porque Aquel por quien somos redimidos es también Aquel por quien somos redimidos. 'Sin la justa abolición de la maldición, no podría encontrarse liberación, o la gracia y la justicia de Dios habrían chocado' (Steiger); pero ahora, Cristo habiendo llevado la maldición de nuestro pecado, libera de ella a aquellos que son hechos hijos de Dios por Su Espíritu.

Corruptible. 

Plata y (o) oro. Compare las propias palabras de Pedro; una coincidencia no planificada.

Vano : autoengañoso, prometiendo el bien que no cumple. (Compara con el pagano; los filósofos humanos; los judíos desobedientes).

Conversación - curso de la vida. Para conocer nuestro pecado debemos conocer su costo.

Recibido por tradición de vuestros padres. 'La piedad humana es una blasfemia vanidosa, el pecado más grande que el hombre puede cometer' (Lutero). Solo hay un Padre a quien imitar.

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