Y vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:

Ahora, literalmente, 'Y'. Esta 'y' marca que este libro se unió a los otros libros sagrados, también Josué, Jueces, Rut, los libros de Samuel y de los Reyes, Esdras y Nehemías, y Ezequiel y formaron, con ellos, un todo continuo. La misma conjunción une los primeros cuatro libros de Moisés.

La palabra del Señor vino a Jonás. "Jonás" significa, en hebreo, paloma. Comparar, donde la paloma en vano busca descanso, después de volar de Noé y del arca: así Jonás. Grotius no tan bien, lo explica, 'uno brotó de Grecia', o Ionia, donde hubo profetas llamados Amythaonidae. El nombre fue dado proféticamente o asumido por el propio Jonás, como consigna de su sentimiento.

La paloma simboliza el amor de luto. Deseaba ser conocido entre su pueblo como alguien que lloraba amorosamente por ellos. Incluso su celo sin amor contra Nínive, que iba a ser la destructora de su pueblo, se debió al intenso amor que sentía por su propio pueblo. Su veracidad al registrar tan fielmente todo lo que era desfavorable para él muestra que él era verdaderamente el hijo de Amittai en el sentido de ese nombre.

Su fe era fuerte; pero su celo, como el de Santiago y Juan, contra los adversarios de su pueblo, estaba en un espíritu equivocado ( ver nota, fin).

Amittai - Hebreo para 'verdad', 'decir la verdad': 'la verdad de Dios', apropiado para un profeta.

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