¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? las palabras que os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? las palabras que os hablo no las hablo [o 'de' apo ( G575 )] de mí mismo: sino el Padre, que mora en mí, él hace las obras. Obsérvese aquí cómo en la expresión de este Ser mutuo del Padre y del Hijo, nuestro Señor pasa insensiblemente, por así decirlo, de las palabras que dijo a las obras que hizo, como las palabras del Padre dichas por Su boca y las obras del Padre hechas por Él. ¿Qué pretensión de igualdad esencial con el Padre podría surgir de esto?

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