1 Pedro 3:1-22

1 Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a su marido para que, si algunos no obedecen a la palabra, también sean ganados sin una palabra por medio de la conducta de sus mujeres,

2 al observar su manera de vivir reverente y casta.

3 Su adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro ni en vestir ropa lujosa;

4 sino que sea la persona interior del corazón en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.

5 Porque así también se adornaban en tiempos antiguos aquellas santas mujeres que esperaban en Dios y estaban sujetas a su propio marido.

6 Así Sara obedeció a Abraham llamándolo señor. Y ustedes han venido a ser hijas de ella si hacen el bien y no tienen miedo de ninguna amenaza.

7 Ustedes, maridos, de la misma manera vivan con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que las oraciones de ustedes no sean estorbadas.

8 Finalmente, sean todos de un mismo sentir: compasivos, amándose fraternalmente, misericordiosos y humildes.

9 No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición sino, por el contrario, bendigan; pues para esto han sido llamados, para que hereden bendición.

10 Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño.

11 Apártese del mal y haga el bien. Busque la paz y sígala.

12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

13 ¿Quién es aquel que les podrá hacer daño si son apasionados por el bien?

14 Pero aun si llegan a padecer por causa de la justicia, son bienaventurados. Por tanto, no tengan miedo por temor de ellos ni sean turbados.

15 Más bien, santifiquen en su corazón a Cristo como Señor y estén siempre listos para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia.

16 Tengan buena conciencia para que, en lo que hablan mal, sean avergonzados los que se burlan de su buena manera de vivir en Cristo.

17 Porque es mejor que padezcan haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

18 Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; siendo a la verdad muerto en la carne pero vivificado en el espíritu;

19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados

20 que en otro tiempo fueron desobedientes, cuando en los días de Noé la paciencia de Dios esperaba mientras se construía el arca. En esta arca fueron salvadas a través del agua pocas personas; es decir, ocho.

21 El bautismo, que corresponde a esta figura, ahora, mediante la resurrección de Jesucristo, los salva, no por quitar las impurezas de la carne sino como apelación de una buena conciencia hacia Dios.

22 Ahora él, habiendo ascendido al cielo, está a la diestra de Dios; y los ángeles, las autoridades y los poderes están sujetos a él.

CAPITULO 3

DEBERES RELATIVOS DE MARIDOS Y ESPOSAS: EXHORTACIONES AL AMOR Y LONGANIMIDAD: LA CONDUCTA DEBIDA BAJO LA PERSECUCION POR AMOR A LA JUSTICIA, SEGUN EL EJEMPLO DE CRISTO. CUYA MUERTE EFECTUO EN NOSOTROS UNA VIVIFICACION POR MOTIVO DE LA REVIVIFICACION DE EL. DE LA CUAL EL BAUTISMO ES EL SELLO SACRAMENTAL.

1. AsimismoGriego, “del mismo modo”, así como toca a los siervos en la esfera de ellos; comp. la razón de la sujeción de la mujer, 1 Corintios 11:8; 1 Timoteo 2:11. vuestros—“a los propios”, subrayando la obligación: no es a los extraños a quienes debáis sujetaros. Cada vez que se intima a las mujeres a la obediencia a sus maridos, el griego idios, “lo particularmente propio”, se usa, mientras que las esposas de los hombres se expresa con heauton, “de ellos mismos”. Sintiendo la necesidad de apoyarse en uno más fuerte que ella, la esposa (especialmente la casada con inconverso) puede ser tentada, si bien en lo espiritual, a relacionarse con otro en una forma que debe ser sólo con su propio esposo (1 Corintios 14:34 : “preguntan en casa a sus propios maridos”); una amistad así podría formarse con la persona del enseñador que, sin ser en el sentido común el adulterio espiritual, podría con todo debilitar en su base la relación marital. [Steiger]. para queGriego “Para que también si (o, aunque) algunos no creen …” Aunque tienes marido que no obedece a la palabra (o sea, que es incrédulo). sin (la) palabra—sin oír la predicación de la palabra, la manera común en que “viene la fe”. Pero Bengel: “sin palabra”, eso es, sin la directa conversación evangélica con las esposas. “sean (lit., serán, según los mejores manuscritos, lo que señala la casi seguridad del resultado) ganados” indirectamente “Hacer sin hablar es más poderoso que hablar sin hacer” [Oecumenius.] “Un alma convertida es ganada, para sí, para el pastor, para la esposa, o marido, que la buscaba, y para Jesucristo; agregaba al tesoro de aquel que no creyó demasiado cara su propia sangre preciosa para ponerla en cambio de esta ganancia”. [Leighton]. “La esposa discreta elegirá persuadir a su marido a compartir con ella las cosas que corducen a la dicha; pero si esto es imposible ella debe seguir procurando la virtud, obedeciéndole en todo, de modo que nada haga en ningún tiempo contrario a la voluntad de él, salvo en tales cosas que sean esenciales para la virtud y para la salvación” [Clemente de Alejandría].

2. considerando—con cuidadoso escrutinio; lit., “habiendo observado de cerca”. casta—pura, sin mácula, libre de toda impureza. temor—reverencial, hacia vuestros maridos. Escrupulosamente puras en contraste con el carácter bullicioso, ambicioso de las mujeres mundanas.

3. de las cuales—es decir “vuestro adorno”. Lit., “Sea (como su adorno especial) no el exterior (usual en el sexo que primero por la caída, trajo la necesidad del vestido, Nota Apocalipsis 5:5) de … sino …” encrespamiento—artificial, para atraerse la admiración. atavío—lit., “lo peripuesto”, como la diadema para la cabeza, brazaletes para el brazo, anillos para el dedo. ropas—ostentosas y costosas. “Ten el rubor de la modestia en tu rostro en vez de la pintura” [Melissa].

4. Sino—más bien. “El adorno exterior” de joyas, etc., está prohibido, en cuanto la mujer ame tales cosas, no en cuanto las use por el sentido de la propiedad, y no abuse de ellas. La singularidad viene mayormente del orgullo, y echa estorbos innecesarios en el camino de otros. Bajo un atavío costoso puede haber una mentalidad humilde. “Grande es aquel que usa la loza como si fuera plata; no menos grande es el que usa su plata como si fuese loza”. [Séneca en Alford]. en hombre … encubierto—así dice el griego: el hombre interior, que el cristiano esconde instintivamente de los ojos del público. (hombre) del corazón—que consiste en el corazón regenerado y adornado por el Espíritu. Este “hombre interior del corazón” es el sujeto del verbo “sea” del v. 3: “Vuestro adorno sea el hombre interior …” en incorruptible—que consiste en lo (o tácitamente en el ornato) incorruptible; “lo que no es transitorio, ni manchado de corrupción, como todos los adornos mundanos. agradableManso (Mateo 5:6; Mateo 11:29), que no crea bulla: pacífico, que soporta con tianquilidad los disturbios hechos por otros. Manso en el afecto y sentimientos; pacífico en palabras, de rostro, y en acciones [Bengel]. de grande estima—Los resultados de la redención debieran corresponder a su tan alto precio (Mateo 1:19). delante de Dios—quien ve lo interior, no las meras exterioridades.

5. así—“de esta manera”, con el atavío de un espíritu manso y calmoso (comp. el retrato de la esposa piadosa, Proverbios 31:10). esperaban—“Santas” se explica por el hecho de que “esperaban en (eis, para ser unidas a) Dios”. La esperanza en Dios es la fuente de toda verdadera santidad [Bengel]. sujetas—su adorno consistía en su subordinación femenina.

6. Sara—un ejemplo de fe. llamándole señor—(Génesis 18:12). espantadas de ningún pavorGriego, “alarma turbulenta”, “consternación”. Obrad bien, no os dejéis vencer por el pánico, como las mujeres débiles ante cualquier oposición de afuera. Bengel traduce: “no teniendo ningún terror que venga de afuera” (vv. 13-16). La Versión de los Setenta (Proverbios 3:25) usa la misma palabra griega, a la cual probablemente Pedro alude. La ira asalta a los hombres; el miedo a las mujeres. No tenéis que temer a hombre alguno, al hacer lo que es justo: no consternadas por la repentina explosión de enojo de parte de vuestros maridos incrédulos, mientras estéis haciendo bien.

7. habitadGriego, “habitando”, complemento del verbo Daniel 2:17, “Honrad a todos”. ciencia—el conocimiento cristiano; apreciando la debida relación de los sexos en el propósito de Dios, y obrando con ternura y paciencia conformemente: prudentemente, con sabia consideración. dando honor a la mujer—tradúzcase y puntúese el griego más bien: “habitando según la ciencia con el (“vaso”) femenino como con el vaso más débil” (véase nota a 1 Tesalonicenses 4:4). Tanto el marido como la esposa son vasos en las manos de Dios, y hechura de Dios, para cumplir sus propósitos de gracia. Ambos débiles, la mujer la más débil. El sentido de su propia debilidad y de que ella, como él mismo, es vaso y hechura de Dios, debe llevarlo a obrar con tierna y sabia consideración para con la que es de hechura más debil, dándole (lit., consignándole, señalándole) honor, por ser ellos (además de ser marido y esposa) también “coherederos”. (La razón por qué debe el hombre dar honor a la mujer es, porque Dios da honor a ambos: comp. el mismo argumento en el v. 9) Pedro no toma en cuenta el caso de la esposa incrédula, como quien pudiera llegar a creer. la gracia de la vida—la vida es don gratuito de Dios (1 Tesalonicenses 1:4, 1 Tesalonicenses 1:13). oraciones no … impedidas—por disensiones que impidan la oración unida, de la que depende la bendición.

8. Resumen general del deber relativo, después de haber detallado los deberes particulares, desde el 2:10. de un mismo corazón—o mente, tocante a la fe. compasívosGrieqo, “compadeciéndoos” en los goces y penas los unos de los otros. amándoos fraternalmenteGriego, “amando a los hermanos”. misericordiosos—para con los afligidos. amígables—la verdadera cortesía cristiana; no el falso brillo de la cortesía mundana: estampada con el amor no fingido, por una parte, y con la humildad de la otra. Los manuscritos antiguos dicen “humildes”, o “de mente humilde”, en vez de amigables, que indica de parte de uno el esfuerzo consciente de serlo en verdad.

9. mal por mal—en los hechos. maldición—“la injuria”; en palabras. bendiciendo—a vuestros injuriadores. sabiendo que—Los manuscritos más antiguos, sólo: “porque”. sois llamadosGriego, “fuisteis llamados”. bendición en herenciaGriego, “para heredar en bendiciones”, no sólo pasiva, sino también activamente: recibiendo bendición espiritual de Dios por la fe, y de vuestra parte de amor bendiciendo a otros. [Gerhard en Alford]. “No es con el fin de heredar la bendición que debamos glorificar sino porque ya es nuestra posesión. Ninguna injuria os podrá dañar (v. 13). Imitad a Dios, quien os bendice. Las primicias de su bendición de la eternidad las gozan los justos ahora mismo (v. 10). [Bengel].

10. el que quiere amar—La vida (presente y eterna) y quiere seguir amándola, sin envolverse en los males que hacen de esta vida una carga y que le hagan perder la vida eterna. Pedro confirma su exhortación del v. 9 citando el Salmo 34:12. refreneLit., “haga cesar”; expresando que nuestra inclinación natural es de hablar mal. “Los hombres comúnmente piensan que se expondrían al abuso de sus enemigos, a menos que demandasen sus derechos. Pero el Espíritu promete una vida de bendiciones solamente a los que son benignos y pacientes con los males” [Calvino]. mal … engaño—Primero Pedro amonesta contra los pecados de la lengua, la injuria, el engaño, “bilingües”: luego contra los actos que dañan al prójimo.

11. En los manuscritos más antiguos: “además (de sus palabras: en los hechos) apártese”. sígala—como persiguiendo una cosa difícil de alcanzar, y que se esquiva de uno en este mundo de tribulaciones.

12. La base de la prometida vida presente y eterna de bendiciones para los mansos (v. 10). Los ojos del Señor están siempre sobre ellos para bien. oidos atentos a sus oraciones—(1 Juan 5:14). rostro … sobre—Los ojos sugieren consideración favorable; el rostro del Señor sobre los que hacen mal, denota que los mira de cerca, de modo de no permitir que dañen seriamente a su pueblo (v. 13).

13. quién … podráGriego, “¿quién es aquel que os hará daño?” Esta confianza intrépida en la protección del daño por Dios, Cristo, la Cabeza, en sus padecimientos la experimentó; asimismo sus miembros. si … seguísGriego, “Si os hicieseis imitadores (los manuscritos más antiguos: “celosos”, Tito 2:14) del bien”. “El bien”: el contraste en el griego es: ¿quién os hará mal, si sois celosos en hacer el bien?

14. Mas también si—“Pero aunque padezcáis …” “Las promesas de esta vida alcanzan sólo allá donde nos convenga que se cumplan” [Calvino]. Así sigue declarando las excepciones de la promesa (v. 10) y cómo los prudentes se portarán en tales casos excepcionales, “Si acaso sufrierais …”; palabra más suave que “dañar”. por hacer bienGriego, “a causa de justicia”; “no el padecimiento, sino la causa por la cual uno padece, hace el mártir”. [Agustín]. (sois) bineaventurados—Ni puede el padecer quitar la buena ventura; más bien la encarece. Por tantoGriego, “Pero” no perdáis vuestra bendición (v. 9), temiendo el terror del hombre en los tiempos de vuestra adversidad. Lit., “no os aterrorice el terror de ellos”, no temáis el terror que ellos quieren infundiros, terror que ellos mismos experimentan cuando están en la adversidad. Este y el v. 15 son citas de Isaías 8:12.Dios solo ha de ser temido; el que teme a Dios, no tiene a quién más temer. ni seáis turbados—la amenaza de la ley, Levítico 26:36; Deuteronomio 28:65; en contraste con ella, el evangelio da al creyente un corazón que siente la seguridad del favor de Dios, corazón por tanto tranquilo en toda adversidad. No temáis, ni aun estéis agitados.

15. santificad—haced santo; honrad como santo, entronizándolo en vuestros corazones. Así en la oración dominical (Mateo 6:9). La santidad de Dios es así glorificada en nuestros corazones como morada de su Espíritu. Señor Dios—Los manuscritos más antiguos leen “a Cristo”: “Santificad a Cristo por Señor”. y estadGriego, “pero”, o “además”. Además de esta santificación interior de Dios en el corazón, estad siempre listos para dar razón … responder—respuesta apologética en defensa de vuestra fe. a cada uno que os demande—Esto limita la extensión de la palabra “siempre”: al blasfemo no hay que darle razón, sino al pagano que interroga con sinceridad. razónGriego, “logón”, palabra, una relación razonable. Esto rebate el dogma de Roma, “lo creo porque la Iglesia lo cree”. La credulidad es creer sin evidencia; la fe es creer por la evidencia. No hay dónde descansar la razón misma sino en la fe. Este texto no impone la obligación de presentar un ensayo erudito ni defensa lógica de la revelación. Pero como los creyentes se niegan a sí mismos, crucifican al mundo, y afrontan la persecución, necesitan ser alentados con alguna fuerte “esperanza”; hombres del mundo, que no tienen tal esperanza ellos mismos, son movidos por la curiosidad a preguntar el secreto de esta esperanza; el creyente debe estar preparado para dar un relato experimental de “cómo nació en él la esperanza, qué es su contenido, y sobre qué descansa como apoyo” [Steiger]. con mansedumbre—Los manuscritos más antiguos: “pero con …” El orden del griego es: “Aparejados … razón … vosotros, pero con mansedumbre …;” no con arrogancia e impertinencia (comp. v. 4). Es la manera más eficiente; no la impetuosidad y la suficiencia propias. reverencia—el debido respeto hacia el hombre y temor hacia Dios, recordando que la causa de él no necesita el enojo ni la ira del hombre para defenderse.

16. Teniendo buena conciencia—la fuente secreta de la prontitud para dar razón de nuestra esperanza. Así la esperanza y la buena conciencia van unidas en Hechos 24:15. La profesión sin la práctica no tiene peso. Pero los que tienen buena conciencia pueden permitirse dar razón de su esperanza “con mansedumbre”. en lo que murmuran—Un manuscrito antiguo dice: “en lo que sois calumniados”, y omite “como malhechores”. blasfeman—el griego expresa la malicia demostrada en hechos tanto como en palabras. Se traduce “ultrajan” en Mateo 5:44; Lucas 6:28. conversación—vida, conducta, comportamiento. en Cristo—quien es el mismo elemento de vuestra vida de cristianos. “En Cristo” de “buena.” Es vuestra buena conducta como cristianos, no como ciudadanos, lo que evoca la malicia (Lucas 4:4, Lucas 4:14).

17. mejor—uno no puede objetar diciendo: Yo no lo llevaría tan mal, si lo hubiese merecido: a lo que Pedro responde: Es mejor que no lo merecieras, a fin de que, haciendo bien y con todo calumniado, puedas probar que eres un cristiano verdadero [Gerhardt]. si la voluntad de Dios así lo quiere—Mejor como los manuscritos más antiguos tienen el modo optativo (theloi), “si la voluntad de Dios (lo) quisiere”. Los que honran la voluntad de Dios como su suprema ley (Lucas 2:15), tienen el consuelo de saber que el padecimiento es de la ordenación de Dios (Lucas 4:19). Así Cristo mismo; nuestra inclinación humana no lo desea.

18. En confirmación de lo anterior (v. 17), por los gloriosos resultados del inocente padecimiento de Cristo en muerte y en vida; pues su muerte trajo el resultado mejor para él mismo y para nosotros [Bengel].

18. Cristo—El Santo Ungido de Dios; el Santo sufrió por los pecados; el Justo por los injustos. también—Así como vosotros (v. 17). Comp. el 2:21; allí se exponen sus padecimientos como ejemplo para nosotros; aquí, como prueba de la bienaventuranza de sufrir a causa del bienhacer. una vez—por todas; para no sufrir más para siempre jamás. Nos es mejor también sufrir una vez con Cristo que sufrir para siempre sin Cristo [Bengel]. Ahora estamos sufriendo la “una vez” nuestra; pronto esto será pretérito; un buen consuelo para experimentar. por los pecados—como si él mismo los hubiera cometido. Se expuso a la muerte al dar su “confesión”, así como se nos exhorta a “responder al que nos pide razón de nuestra esperanza”. Como él sufrió “el justo”, así debiéramos estar dispuestos a sufrir por amor a la justicia (v. 14; comp. vv. 12, 17). para llevarnos a Dios—juntos consigo en su ascensión a la diestra de Dios (v. 22). Nos lleva a nosotros “los injustos”, justificados, juntamente al cielo. Así es el resultado de su muerte “traer a sí a todos”; espiritualmente ahora, por cuanto tenemos acceso al santuario, abierto por la ascensión de Cristo, literalmente más adelante. “Llevarnos” además por los mismos pasos de la humillación y exaltación por los que pasó él. a Dios—el caso dativo, complemento indirecto, que expresa que Dios lo desea [Bengel] siendo—… muerto—fué muerto, como medio de llevarnos a Dios. en (la) carne—eso es, con respecto a la vida de carne y sangre. vivificado en espíritu—“en espíritu”, antitético con “en carne”, sin artículo ambos. “Muerto” cuanto al anterior modo de vida, y “vivificado” en el nuevo. No que su Espíritu muriera jamás y fuese vivificado, ni hecho vivo de nuevo, sino que mientras que había vivido según la manera del hombre mortal en la carne, él empezó a vivir una vida espiritual de “resurrección” (v. 21). por lo cual tiene poder para llevarnos a Dios. Se nos ofrecen dos modos de explicar los vv. 18, 19: I. “Vivificado en espíritu”, eso es, inmediatamente después de ser librado de la “carne”, la energía de su inmortal vida espiritual “fue hecha viva” por el Padre para nuevos modos de acción, a saber; “en el espíritu descendió (como subsecuentemente ascendió al cielo, v. 22, el mismo verbo griego) y proclamó no la salvación, según Alford en contra de las Escrituras, las que en todas partes representan como irrevocable el estado del hombre, sea de salvado o de perdido, después de la muerte. Ni hay mención hecha de conversión alguna de los espíritus encarcelados. Véase Nota, al v. 20. Ni dice la frase, predicó el evangelio, evangelizó, sino proclamó (ekeruxe), o predicó; dando sencillamente el anuncio de su obra acabada; así el mismo griego en Marco 1:45, anunció, confirmando el testimonio de Enoc y de Noé, y declarando así la virtual condenación de la incredulidad de ellos, y la salvación de Noé y los creyentes; un ejemplo de los similarse efectos contrarios que la misma obra tiene sobre todos los incrédulos y los creyentes, respectivamente; también un consuelo para los lectores de Pedro, en sus sufrimientos a manos de los incrédulos, especialmente elegido (el ejemplo) a causa del bautismo, su antitipo (v. 21), que, como sello, marca a los creyentes como separados del resto del mundo condenado, proclamó a los espíritus (su espíritu hablando con los espíritus) en la cárcel (que en Hades, o sea Sheol, esperaban el juicio, 2 Pedro 2:4), los cuales fueron en otro tiempo desobedientes …” II. El punto más fuerte a favor de I. es la posicion de “en otro tiempo”, es decir, de antiguo, en conexión con los “desobedientes”; mientras que si la predicación o anuncio fuese cosa de mucho tiempo atrás, esperaríamos que el adverbio de tiempo se relacionara con “fué y predicó”. Pero esta transposición podría expresar que la desobediencia de ellos precedió a la predicación de él. La partícula griega expresa la razón de la predicación, “por cuanto fueron una vez desobedientes” (2 Pedro 4:6). También el “fué” parece significar una ida personal, como en el v. 22, no meramente en espíritu. Pero véase la respuesta abajo. Las objeciones son: “vivificado” debe referirse al cuerpo de Cristo (v. 21), por cuanto su Espíritu nunca dejó de existir, y no se puede decir que fuese “vivificado”. Comp. Juan 5:21; Romanos 8:11, y otros textos, donde “vivificar” indica la resurrección corporal. Tampoco fué al Hades su Espíritu, sino su alma. Su espíritu, a su muerte, fue encomendado por él al Padre, y estuvo luego en el “Paraíso”. La primera teoría entonces ¡requiriría que su descenso a los espíritus encarcelados fuese después de la resurreccion! Comp. Efesios 4:9, que hace que el descenso preceda al ascenso. También la Escritura calla en toda otra parte tal proclamación, aunque posiblemente la muerte de Cristo tuviera efectos inmediatos sobre el estado, tanto de los piadosos como de los impíos en el Hades: las almas de los justos hasta entonces en comparativa reclusión, siendo acaso trasladados entonces, como algunos padres creyeron, a la presencia inmediata y celestial de Dios; pero esto no puede probarse por la Escritura. Comp. con todo, Juan 3:13; Colosenses 1:18. Cárcel siempre se usa en las Escrituras en sentido malo. “Paraíso, y “el seno de Abrahán”, la morada de los espíritus buenos en el Antiguo Testamento, están separados del infierno o hades “por una grande sima”, y no puede llamarse “cárcel”. Comp. 2 Corintios 12:2, 2 Corintios 12:4, donde el “paraíso” y “el tercer cielo” se corresponden. Además, ¿por qué deberían ser elegidos en particular los incrédulos antediluvianos como recipientes de su predicación en el Hades? Por tanto se explica que “Vivificado en espíritu” en el que (a diferencia de en persona; las palabras “en el cual”, es decir, en espíritu, obviando expresamente la objeción de que “fué” indique una ida personal) él fué (en la persona de Noé. “predicador de la justicia,” 2 Pedro 2:5 : la nota propia de Alford, Efesios 2:17, es la mejor replica a su argumento sobre “fué”, de que se trate de una ida local al Hades en persona). Como “vino y predicó la paz”, por su espíritu en los apóstoles y ministros después de su muerte y ascensión, así antes de su encarnación predicó en espíritu por Noé a los antediluvianos (Juan 14:18, Juan 14:28; Hechos 26:23, “Para anunciar luz al pueblo y a los gentiles”), y predicó a los espíritus encarcelados, a saber, a los antediluvianos, cuyos cuerpos a la verdad parecían libres, pero sus espíritus estaban “en cárcel”, encerrados en la tierra como en una celda grande condenada (un paralelo exacto con Isaías 24:22. “Sobre la tierra … serán amontonados como encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados,”—precisamente como los ángeles caídos están tenidos judicialmente “en cadenas de oscuridad”, aunque están por un tiempo libres ahora sobre la tierra, 1 Pedro 2:4—, donde (Isaías 24:18) tiene clara alusión al diluvio: “de lo alto se abrieron ventanas:” comp. Génesis 7:11); de dicha cárcel el único camino de escape era aquel anunciado por Cristo en Noé. Cristo, que en nuestros tiempos vino en carne, en los días de Noé predicó en espíritu, por Noé, a los espíritus entonces en cárcel (Isaías 61:1, “El Espíritu del Señor Dios me ha enviado a predicar … a los presos abertura de cárcel”). Asimismo en el 1:11 se dice, “el Espíritu de Cristo” testificaba en los profetas. Como Cristo sufrió hasta la muerte a manos de sus enemigos, y fue luego vivificado en virtud de su “Espíritu” (o naturaleza divina, Romanos 1:3; 1 Corintios 15:45), que de allí en adelante obró en su plena energía, el primer resultado de la cual fue la resurrección de su cuerpo (v. 21) de la cárcel de la tumba, y de su alma del Hades; así el mismo Espíritu de Cristo dió el poder a Noé en medio del escarnio y tribulaciones de predicar a los desobedientes espíritus firmemente encadenados en la ira. El mismo Espíritu en ti también puede darte a ti el poder para sufrir con paciencia ahora, esperando la liberación de la resurrección.

20. una vezGriego, “hapax”, “de una vez”, “una vez por todas”, omitido de los mejores manuscritos. cuando—corresponde a “en otro tiempo”. esperaba la paciencia—Continuó esperando (por si acaso en los 120 años se arrepintiesen) hasta que llegó el fin de su espera, con la muerte de ellos por el diluvio. Esto refuta la idea de Alford de que se les diese un segundo día de gracia en el Hades. Se escogen los días de Noé, por cuanto el arca y el diluvio destructivo corresponden respectivamente al “bautismo” y la venidera destrucción de los incrédulos por fuego. cuando se aparejaba el arca—(Hebreos 11:7.) Un largo período de “paciencia” (Griego., “longanimidad”) y de “espera”, por cuanto Noé tenía pocos que le ayudasen, lo que hace más inexcusable la incredulidad del mundo. en la cualeis con el acusativo, que denota que tuvieron que entrar para ser salvos. pocas—como hoy en día. ocho—Siete (el número sagrado) y el impío Cam. personas—El griego, “almas”. Como este vocablo aquí indica personas vivientes, ¿por qué no debe hacerlo también “espíritus”? Noé les predicó al oído; mas Cristo, en espíritu, a los espíritus de ellos, o sea, a sus naturalezas espirituales. salvadas por agua—La misma agua que ahogó a los incrédulos mantuvo a flote el arca en que fueron salvos los ocho. No como traducen algunos: “fueron llevados en salvo al través del agua”. Sin embargo, el sentido de la preposición puede ser como en 1 Corintios 3:15, “fueron conservados en salvo por (al través de) el agua”, aunque tuvieron que estar en el agua.

21. A la figura de la cual—El griego, “la cual (en) figura”; lit., “la cual (agua, en general), siendo el antitipo (del agua del diluvio) ahora nos está salvando (no estando la salvación aún realizada por nosotros plenamente, comp. 1 Corintios 10:1, 1 Corintios 10:5; Judas 1:5: pone en estado de salvación) también a nosotros (dos manuscritos antiguos dicen “vosotros”: a vosotros, así como a Noé y los suyos), a saber, el bautismo”. El agua salvó a Noé, no por sí misma, sino por mantener el arca construída en la fe basada en la palabra de Dios: era para él un sello y un medio de una suerte de regeneración de la tierra. El diluvio fue para Noé un bautismo, como el paso del mar Rojo lo fue para los israelitas; por el bautismo en el diluvio él y su familia fueron trasladados del antiguo mundo al nuevo; de la destrucción inmediata a una probación prolongada; del compañerismo de los malvados a la comunión con Dios; de la disolución de los vínculos entre la criatura y el Creador al privilegio del pacto: así nosotros por el bautismo espiritual. Como hubo un Cam que perdió los privilegios del pacto, así hay muchos hoy en día. El agua antitípica, a saber, el bautismo, os salva también, no de sí, ni el agua material, sino la cosa espiritual a él unida, el arrepentimiento y la fe de los que es un signo y sello, como Pedro sigue explicando. Comp. la unión del signo y lo significado en Juan 3:5; Efesios 5:26; Tito 3:5; Hebreos 10:22; 1 Juan 5:6, Joel 5:6. no quitando—En “la carne” es donde cae el énfasis. El bautismo “no es limpieza de la inmundicia de la carne (como se hace en la mera inmersión en agua, no acompañada del bautismo del Espíritu; comp. Efesios 2:11), sino del alma. [Nota del Traductor: Nuestro comentador es muy hábil en su explicación de todo este pasaje azás difícil, y parece a veces que le falta un solo paso para llegar a la completa interpretación simbólica. La antítesis no es entre la inmundicia de la carne y la del alma. Dice Pedro que el bautismo no es una limpieza de la inmundicia, sino la demanda de una buena conciencia. Sea cual fuere el sentido preciso de la “demanda de una buena conciencia”, ésta es anterior al bautismo en la experiencia del creyente; y la regeneración es anterior a la buena conciencia para con Dios; la salvación debe ser anterior, pues, e independiente del bautismo. que no puede ser sino un símbolo, o “figura” de la experiencia de la muerte espiritual al pecado y la resurrección a vida nueva. El bautismo verdadero o tiene eficacia salvadora, o no la tiene. “… el bautismo os salva también, no de sí … sino la cosa espiritual a él unida, a saber, el arrepentimiento y la fe, de la cual (cosa, el bautismo) es signo y sello.” ¿Puede el hombre ser salvo “por el arrepentimiento y la fe” sin el bautismo? ¿Puede tener la seguridad de su salvación sin este “signo y sello”? La circuncisión podía ser “signo y sello” exterior, visible, en la carne, del pacto mosaico; pero el nuevo pacto es nuevo no solamente porque es otro, más reciente, sino porque es diferente, de una clase nueva: es espiritual, y no de la letra. Si la salvación en Cristo dependiese, en todo o en parte, de un rito o ceremonia externa, entonces el nuevo pacto sería de la misma categoría del antiguo, carnal, de la letra, y no espiritual. Si por otra parte el bautismo es una “figura”, símbolo, retrato, de nuestra salvación, la cual es “por la resurrección de Cristo,” entonces se puede decir que el bautismo nos salva “a la figura”, figurativa o simbólicamente, lo que concuerda con el lenguaje del Nuevo Testamento en general. Simboliza la experiencia de la salvación y es una confesión pública de lo que el “catecúmeno” ya experimentó, antes de verificarlo en contestación a su “buena conciencia para con Dios,” quien lo mandó.] Es el arca (Cristo y su Iglesia llena del Espíritu Santo), no es el agua, lo que es el instrumento de la salvación: el agua solamente rodeaba el arca; así tampoco el mero bautismo en agua, sino el agua cuando es acompañada por el Espíritu. demanda—El Griego, “interrogación”, que se refiere a las preguntas hechas a los candidatos para el bautismo, para sacar de ellos una confesión de fe “para con Dios”, y la renunciación de Satanás [Agustín, ad Cathechumenos, libro 4, cap. 1; Cipriano, Ep. 7., ad Rogatian], las que, si manan de “una buena conciencia” aseguran a uno de que está “salvo”. Lit., “la interrogación de una buena conciencia (inclusive la contestación satisfactoria) para con Dios”. Prefiero esta traducción a la de Wahl, Alford, etc., “la indagación de una buena conciencia acerca de Dios”; ninguno de los paralelos alegados, ni aun el 2 Samuel 11:7, versión de los Setenta, viene estrictamente al caso. El idiotismo reciente del griego bizantino (según el cual el término significa (1) la pregunta; (2) la estipulación; (3) el compromiso), que fluye fácilmente del uso de la palabra en que Pedro la emplea, confirma la traducción anterior. por la resurrección de Jesucristo—frase unida con “os salva”, en cuanto nos aplique el poder de la resurrección de Cristo. Como la muerte de Cristo al pecado es el origen de la muerte del creyente al pecado y de su liberación de la pena y del poder del pecado, así la vida de Cristo resucitado es la fuente de la nueva vida espiritual del creyente.

22. (Salmo 110:1; Romanos 8:34, Romanos 8:38; 1 Corintios 15:24; Efesios 1:21, Efesios 3:10; Colosenses 1:16; Colosenses 2:10.) El fruto de su paciencia en sus padecimientos voluntariamente llevados e inmerecidos; un ejemplo para nosotros (vv. 3-7, 19). subido—(Lucas 24:51.) Una prueba en contra de los racionalistas de una real ascensión material. Los manuscritos más antiguos, la Vulgata y los Padres Latinos llevan una añadidura que expresa los beneficios resultantes para nosotros de estar Cristo sentado a la diestra de Dios: “El cual está a la diestra de Dios, habiendo sufrido la muerte para que fuésemos hechos herederos de la vida eterna”; lo que envuelve para nosotros un estado de vida, salvada, gloriosa y eterna. Los Manuscritos griegos, sin embargo, rechazan estas palabras. Comp. con esto, los textos de discursos de Pedro, Hechos 2:32; Hechos 3:21, Hechos 3:26; Hechos 10:40, Hechos 10:42.

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