1 Pedro 2:1-25

1 Habiendo pues dejado toda maldad, todo engaño, hipocresía, envidia y toda maledicencia,

2 deseen como niños recién nacidos la leche de la palabra no adulterada para que por ella crezcan para salvación,

3 puesto que han probado que el Señor es bondadoso.

4 Acercándose a él, la Piedra Viva — que fue ciertamente rechazada por los hombres, pero delante de Dios es elegida y preciosa — ,

5 también ustedes sean edificados como piedras vivas en casa espiritual para ser un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.

6 Por esto contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la Piedra del ángulo, escogida y preciosa. Y el que cree en él jamás será avergonzado.

7 De manera que para ustedes que creen es de sumo valor; pero para los que no creen: La piedra que desecharon los edificadores, esta fue hecha cabeza del ángulo,

8 y: piedra de tropiezo y roca de escándalo. Aquellos tropiezan, siendo desobedientes a la palabra, pues para eso mismo fueron destinados.

9 Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.

10 Ustedes en el tiempo pasado no eran pueblo pero ahora son pueblo de Dios; no habían alcanzado misericordia pero ahora han alcanzado misericordia.

11 Amados, yo los exhorto como a peregrinos y expatriados, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra la vida.

12 Tengan una conducta ejemplar entre los gentiles, para que en lo que ellos los calumnian como a malhechores, al ver las buenas obras de ustedes, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.

13 Estén sujetos a toda institución humana por causa del Señor; ya sea al rey como quien ejerce soberanía,

14 o a los gobernantes como quienes han sido enviados por él para el castigo de los que hacen el mal y para la alabanza de los que hacen el bien.

15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien hagan callar la ignorancia de los hombres insensatos.

16 Actúen como libres, y no como los que hacen de la libertad un pretexto para hacer lo malo sino como siervos de Dios.

17 Honren a todos; amen a los hermanos; teman a Dios; honren al rey.

18 Siervos, estén sujetos con todo respeto a sus amos; no solamente a los que son buenos y comprensivos sino también a los severos.

19 Porque esto es aceptable: que alguien soporte aflicción y padezca injustamente por tener conciencia de Dios.

20 Porque, ¿qué de notable hay si, cuando cometen pecado y son abofeteados, lo soportan? Pero si lo soportan cuando hacen el bien y son afligidos, esto sí es aceptable delante de Dios.

21 Pues para esto fueron llamados, porque también Cristo sufrió por ustedes dejándoles ejemplo para que sigan sus pisadas.

22 Él no cometió pecado, ni fue hallado engaño en su boca.

23 Cuando lo maldecían, él no respondía con maldición. Cuando padecía, no amenazaba sino que se encomendaba al que juzga con justicia.

24 Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero a fin de que nosotros, habiendo muerto para los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.

25 Porque eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor y Obispo de su vida.

CAPITULO 2

EXHORTACIONES: A alimentarse sinceramente de la palabra, conscientes de su privilegio de niños recién nacidos, piedras vivas del templo espiritual fundado sobre Cristo, la principal piedra del ángulo, y sacerdotes reales, en contraste con su condición anterior: también a la abstención de los deseos carnales y a caminar dignamente en todas las relaciones de la vida, de modo que el mundo exterior que se les opone sea constreñido a glorificar a Dios, viendo las buenas obras de ellos. Cristo, el gran ejemplo al cual deben seguir con paciencia, bajo los padecimientos causados por el bienhacer.

1. Dejando—una vez por todas: así expresa el aoristo griego, como una ropa quitada. La exhortación se aplica sólo a los cristianos, porque en ningunos otros existe la nueva naturaleza, la cual, como “el hombre interior” (Efesios 3:16), se desviste el hombre viejo como cosa exterior ajena, de modo que el cristiano, por la continua renovación de su hombre interior, puede exhibirse también externamente como un nuevo hombre. Pero a los incrédulos, la demanda se dirige a que, intimamente, tocante a la nous (mente), deben ser cambiados, metanoeisthai (arrepentirse) [Steiger]. El “pues” resume la exhortación comenzada en el capítulo anterior. Puesto que habéis renacido de simiente incorruptible, no seáis enredados de nuevo en el mal, que “no tiene ser substancial, sino que es una operación contraria al ser formado en nosotros” [Theophylact]. La “malicia” etc., son del todo inconsecuentes con el “amor fraternal”, para el cual habéis “purificado vuestras almas” (Efesios 1:22). Las vicios señalados son los que contradicen el amor arriba mencionado. Cada vicio surge del que precede, de modo que forman la genealogía de los pecados contrarios al amor. De la malicia nace el engaño; del engaño nacen los fingimientos (aparentar ser lo que no somos y disimular lo que en realidad somos; lo opuesto del “amor no fingido”, y “sin disimulación”); de los fingimientos nacen las envidias, de aquellos a los que creemos que debemos tratar con hipocresías; de las envidias, las detracciones maliciosas y envidiosas. El engaño es una disposición permanente; los fingimientos (hipocresías), los actos que de ella manan. El veraz no conoce envidia. Comp. el v. 2, “sin engaño”, eso es, sincero. “La malicia se deleita en el daño ajeno; el engaño imparte la duplicidad al corazón; la hipocresía (lisonja) imparte la duplicidad a la lengua; las detracciones hieren el carácter de otro” [Agustín].

2. niños recién nacidos—completamente “sin engaño” (Efesios 1:1). Entre tanto estamos aquí, somos “niñitos”, en una relación especialmente tierna a Dios (Isaías 40:11). El espíritu propio de un niño es indispensable, si queremos entrar en el cielo. La “leche” aquí no significa las verdades elementarias en contraposición con las verdades cristianas más adelantadas, como en 1 Corintios 3:2 y Hebreos 5:12, sino en contraste con “engaño, fingimientos …” Daniel 2:1; la simplicidad de la doctrina cristiana general con el espíritu infantil. La misma “palabra de la gracia” que es el instrumento de la regeneración, es el instrumento también de la edificación o crecimiento. “La madre de la criatura es también la amamantadora natural de ella” [Steiger]. El niño, lejos de analizar químicamente la leche, instintivamente la desea y se alimenta de ella; del mismo modo, no nos toca a nosotros la racionalización arrogante ni las interrogaciones, sino la simple aceptación de la verdad en el amor de la verdad (Mateo 11:25). deseadGriego, “desead ardientemente”, o “anhelad”, impulso natural de los regenerados, “porque como no se necesita enseñar a los recién nacidos qué alimento tomar, sabiendo que una mesa le está aparejada en el seno materno”, así el creyente de suyo tiene sed de la palabra de Dios (Salmo 119). Comp. el lenguaje de Tacio tocante a Aquiles. leche espiritualGriego, logikón: comp. “culto (o servicio) racional,” de Romanos 12:1. Según Alford, “leche espiritual”; la Versión Inglesa en Romanos 12:1, “razonable”. El término griego logos no significa razón, ni mente, sino palabra; el contexto aquí requiere la traducción, como la Versión Inglesa aquí, “la leche de la palabra”; el adjetivo logikós conserva el sentido del sustantivo logos, “palabra”. Santiago 1:21 : “Dejando toda inmundicia … recibid con mansedumbre la palabra ingerida”, es un paralelo preciso, y confirma la versión antedicha. sin engañoGriego., “leche sincera”, leche adolon, sin dolo. Comp. v. 1. “dejando … todo (dolo, o) engaño.” Ireneo dice que los herejes mezclan tiza con la leche. El artículo gramatical indica que fuera de la bien conocida leche pura, el evangelio, no hay otra doctrina pura, sin adulteración. Sólo ella puede hacernos sinceros, “sin engaño”. crezcáis en saludGriego, “crezcáis hacia la salvación” (eis soterían, omitido del Texto Recibido). Nacidos de nuevo a la salvación hemos de crecer también a la salvación. El fin hacia el cual lleva el crecimiento es la salvación perfeccionada. “El crecimiento es la medida de la plenitud no sólo de aquel rescate de la destrucción, sino de la bienaventuranza positiva, comprendida en la palabra “salvación” [Alford]. por ellaGriego., “en ella”; alimentados de ella; en su fuerza (Hechos 11:14). “La palabra ha de ser deseada con apetito como la causa de la vida, ser tragada en el oído, masticada como la rumia, con el entendimiento, y digerida por la fe” [Tertuliano].

3. Pedro alude al Salmo 34:8. Las primeras gustaduras del amor de Dios son seguidas luego por experiencias más plenas y gozosas. Una prueba aguza el apetito [Bengel]. benigno—Bueno; como Dios se nos revela en Cristo, “el Señor” (v. 2), nosotros, los renacidos, debemos ser buenos y benignos con los hermanos (Salmo 1:22). “A todo aquel que no ha gustado la palabra, ella no le es dulce; no le ha llegado al corazón; pero para los que la han experimentado, los que de corazón creen que “Cristo fue enviado por mi y se ha hecho mío; mis miserias son suyas, y su vida es mía”, “tiene un gusto dulce” [Lutero].

4. allegándoos—(el mismo verbo en Hebreos 10:22), por la fe, continuamente: el participio presente: no la venida de una vez en la conversión, sino el acudir de los salvos. piedra—Pedro (es decir, una piedra, así llamado por el Señor) desea que todos asimismo sean piedras vivas EDIFICADAS SOBRE CRISTO, LA VERDADERA PIEDRA FUNDAMENTAL; comp. su discurso de Hechos 4:11 : una coincidencia impensada que señala la autenticidad. El Espíritu Santo, previendo la perversión romanista de Mateo 16:18 (comp. el v. 16: “el Hijo del Dios viviente”, que coincide con su lenguaje usado aquí, “piedra viva”) prescientemente hace que Pedro mismo la refute. Confirma en esto la enseñanza de Pablo. Cristo es la piedra viva, o viviente, teniendo en sí la vida desde el principio, y levantado de la muerte para vivir para siempre (Apocalipsis 1:18), después de ser repudiado por los hombres, se constituyó en la fuente de la vida para nosotros. Como ninguna roca terrenal, él vive, y da vida. Comp. 1 Corintios 10:4, y el tipo, Éxodo 17:6; Números 20:11. reprobada—rechazado, desestimado; referido por Cristo mismo; también por Pablo; comp. las profecías similares, Isaías 8:14; Lucas 2:34. elegida de Dioslit., “con (o en la presencia y criterio de) Dios electa”, o seleccionada (v. 6). Mucha gente se aleja del evangelio, porque no tiene buena fama en todas partes, sino antes es rechazado por la mayoría. Pedro responde que, aunque es reprobado por los hombres, Cristo es peculiarmente la piedra de la salvación honrada por Dios, así señalado primero por Jacob en su profecía pronunciada en su lecho de muerte.

5. Vosotros también, como piedras vivas—participando del nombre y de la vida que están en “LA PIEDRA VIVA” (v. 4; 1 Corintios 3:11). Muchos nombres aplicados a Cristo en el singular, se les asignan a los cristianos en el plural. El es “el Hijo”, “Sumo Sacerdote”, “Rey”, “Cordero”: ellos son “hijos”, “sacerdotes”, “reyes”, “ovejas”, “corderitos”. Así fue nombrada la sulamita por Salomón [Bengel]. sed edificados—No como lo dice Alford erróneamente; el griego es ambiguo, pero no el contexto: Pedro funda su exhortación (vv. 2, 11) sobre el sentido consciente que tenían de sus altos privilegios de piedras vivas en el curso de su edificación de una casa espiritual (eso es, “la habitación del Espíritu”). “Sois (estáis siendo) edificados”, como consta en Efesios 2:22. sacerdocio—Los cristianos son a la vez el templo espiritual y los sacerdotes del templo: hay dos vocablos griegos por “templo”, hieron (el lugar sagrado), todo el edificio, inclusive los patios donde el sacrificio era muerto; y naos (la morada, eso es, de Dios), el santuario interior donde Dios se manifestaba particularmente, y donde, en el lugar santísimo, la sangre de la víctima era presentada delante de él. Todos los creyentes asimismo, y no solamente los ministros, son ahora la morada de Dios (y llevan el nombre griego de naos, y no hieron) y sacerdotes para Dios (Apocalipsis 1:6). El ministro no es, como el sacerdote judaico (griego hiereus), admitido más cerca de Dios que el pueblo, sino que sólo por motivo de orden dirige los servicios espirituales del pueblo. En el libro de oración anglicano, “priest” (preste) es la abreviatura de presbítero, y no corresponde al sacerdote aarónico (ihereus, que ofrecía el sacrificio literal). Cristo es el único hiereus (sacerdote) literal en el Nuevo Testamento, por el cual sólo podemos siempre acercarnos a Dios. Comp. el v. 9, “sacerdocio real”, eso es, un cuerpo de reyes sacerdotes, como lo fue Melquisedec. En el Nuevo Testamento, el Espíritu nunca da el nombre hiereus, o sacerdote, a los ministros del evangelio. santo—consagrado a Dios. sacrificios espirituales—no literales como en la misa, como enseñan los romanistas, que se llaman discípulos de Pedro. Comp. Isaías 56:7, con “agradables a Dios,” vv. 19, 21; Salmo 4:5; Salmo 50:14; Salmo 51:17, Salmo 51:19; Oseas 14:2; Filipenses 4:18. “Entre los sacrificios espirituales tiene el primer lugar la oblación de nosotros mismos. Porque nunca podremos ofrecer nada a Dios mientras no nos hayamos ofrecido a nosotros mismos en sacrificio a él. Después siguen las oraciones, el hacimiento de gracias, las limosnas y todos los ejercicios de la piedad” [Calvino]. Las casas de culto cristiano nunca son llamadas templos, porque templo fue el lugar para el sacrificio, el que no tiene cabida en la dispensación cristiana: el templo cristiano es la congregación de adoradores espirituales. La sinagoga (donde la lectura de la Escritura y la oración constituían el culto) era el modelo de la casa de culto cristiana (comp. Nota a Santiago 2:2, griego, “sinagoga”; Hechos 15:21). Nuestros sacrificios son los de la oración, alabanza y servicios abnegados en la causa de Cristo (Hechos 2:9). por (medio de) Jesucristo—como nuestro Sumo Sacerdote Mediador ante Dios; complemento gramatical de “para ofrecer”. Cristo es precioso él mismo, y también nos hace agradables o aceptos a Dios [Bengel]. Como el templo, así también el sacerdocio, está edificado sober Cristo (vv. 4, 5) [Beza]. Por imperfectos que sean nuestros servicios, no debemos con la timidez incrédula (que mucho se asemeja a la refinada justicia propia) dudar de su aceptación POR MEDIO DE CRISTO. Después de ensalzar la dignidad de los cristianos, Pedro retorna a Cristo, la única fuente de dignidad.

6. Por lo cual—Lo antes dicho es verídico, “porque lo contiene la Escritura”. He aquí—llamando la atención al glorioso anuncio de su eterno consejo. escogida—“electa”, así elegidos también los cristianos (v. 9; Griego, “linaje”, o “generación electa”). preciosa—En el hebreo, Isaías 28:16, “piedra angular de precio”. Véase mi Nota allí. Así el v. 7 dice que Cristo es a los creyentes “honor”, en el griego, “precio”. confundido—El mismo griego como en Romanos 9:33, traducido “avergonzado”. Pedro aquí como en otras partes confirma la enseñanza de Pablo. Véase Introducción, y Romanos 10:11. En Isaías 28:16, es “apresurarse”, o sea, huir en pánico repentino, avergonzado por las esperanzas confundidas.

7. Aplicación del texto anterior primero al creyente, y luego al incrédulo. Sobre los efectos opuestos del mismo evangelio en las diversas clases, véase Juan 9:39; 2 Corintios 2:15. honorGriego, “lo precioso” (v. 6). A vosotros los creyentes pertenece lo precioso de Cristo antes dicho. desobedientes—a la fe, y así desobedientes en la práctica. piedra … cabeza del ángulo—(Salmo 118:22). Todos los que rechazaban la piedra, estaban ellos mismos contribuyendo todo el tiempo inconscientemente a que llegase a ser la cabeza del ángulo. El mismo imán tiene dos polos, el uno repulsivo, el otro atrayente; así el evangelio tiene efectos opuestos sobre los creyentes y los incrédulos respectivamente.

8. piedra de tropiezo—Cita de Isaías 8:14. No es meramente que tropezaran en cuanto sus prejuicios fuesen ofendidos, sino que su tropiezo denota castigo judicial de su actitud para con el Mesías: se hirieron a sí mismos, cayendo, o tropezando (según el hebreo en Jeremias 13:16; Daniel 11:19), en la piedra angular. en la palabra—más bien “desobedientes (o incrédulos) a la palabra” (así el 3:1; 4:17). para lo cual—para el tropiezo penal, para el castigo judicial de su incredulidad. también—un pensamiento adicional: la ordenación de Dios; no que Dios los ordene o los destine al pecado, sino que ellos están entregados “al fruto de sus propios caminos” de conformidad con el eterno consejo de Dios. La ordenación moral del mundo es del todo de Dios. Dios dispone que los impíos sean entregados al pecado, a una mente réproba y a sus necesarias penalidades. fueron … ordenadosGriego, “fueron puestos”; corresponde a “pongo” del v. 6. Dios—se dice—ordena en voz activa a Cristo y a los creyentes (directamente). Y los incrédulos, en voz pasiva, son ordenados (obrando Dios menos directamente en la ordenación del horrible curso del pecador). Dios ordena a los malos al castigo, no al crimen [J. Cappel]. “Ordenados,” o “puestos” (no “preordinados” aquí), se refiere no tan directamente al eterno consejo de Dios, como a la justicia penal de Dios. Por medio del mismo Cristo, a quien ellos rechazan, serán ellos rechazados; diferentes de los creyentes, ellos son por Dios ordenados a la ira como aptos para ella. Los perdidos echarán la culpa de su ruina sobre su propia perversidad pecaminosa, y no sobre el decreto de Dios; los salvos atribuirán todo el merecimiento de su salvación al amor y gracia electivos de Dios.

9. Comp. el contraste en los privilegios y destinos de los creyentes. Comp. también el contraste similar en el v. 8. linaje—Que expresa la unidad del origen y parentesco espirituales de los creyentes, como clase distinta del mundo. escogido—“electo” en Dios, como lo es también Cristo nuestro Señor. real sacerdocio—Los creyentes, como Cristo, el Melquisedec antitípico, son a la vez reyes y sacerdotes. Israel, en un sentido espiritual, debía ser lo mismo entre las naciones del mundo. La plena realización de esto, tanto para el Israel literal como para el espiritual, es todavía futura. gente santa—“nación santa”, antitípica de Israel. pueblo adquiridolit., “pueblo para adquisición”; es decir, que Dios lo escogió como suyo en particular: Hechos 20:28, “ganó” lit., “adquirió”. El tesoro predilecto de Dios. para que anunciéis—no las propias alabanzas, sino las de él. No tienen razón para engrandecerse sobre otros, porque antes habían estado en las mismas tinieblas, y sólo por la gracia de Dios habían sido llevados a la luz que ahora en adelante deben anunciar a otros. virtudes—“las excelencias”, su gloria, misericordia (v. 10), benignidad (v. 3; Números 14:17; Isaías 63:7). Los mismos términos se aplican a los creyentes (2 Pedro 1:5). de aquel—(2 Pedro 1:3) de las tinieblas—del paganismo y aun de la ignorancia judaica, del error, pecado, miseria, y así también del dominio del príncipe de las tinieblas. su luz—de Dios. Sólo la luz (espiritual) fue creada por Dios, no las tinieblas. En Isaías 45:7, son la oscuridad y el mal físicos, no morales, los que Dios creó; el castigo del pecado, no el pecado mismo. Pedro con valentía característica llama tinieblas a todo cuanto el mundo llama luz; la razón, sin el Espíritu Santo, a pesar de su arrogante poder, es tinieblas espirituales. “No puede comprender lo que es de la fe: por tanto es completamente ciega; tantea como un ciego, y tropezando va de una a otra cosa y no sabe lo que hace” [Lutero]. admirable—Pedro tiene en la mente aún el Salmo 118:23.

10. Adaptado de Oseas 1:9; Oseas 2:23. Pedro claramente confirma a Pablo, quien cita este pasaje como indicación de la vocación de los gentiles de venir a ser en lo espiritual lo que Israel había sido literalmente, “el pueblo de Dios”. En primer lugar, la profecía se refiere al Israel literal, que ha de ser más adelante plenamente lo que en sus mejores días era sólo en parte, el pueblo de Dios. no habíais alcanzado, etc.—lit., “(Vosotros) los no compadecidos …” Denota que era la pura misericordia de Dios, no sus propios méritos, lo que causó el bendito cambio en su estado; un pensamiento que debe encender en ellos la gratitud viva, que se demuestre tanto en la vida como con los labios.

11. Como acaba de exhortarlos a caminar dignamente de acuerdo con su vocación, a diferencia de su conducta anterior, así ahora los exhorta a glorificar a Dios delante de los incrédulos. Amados—consigue la atención para la exhortación con asegurarles su amor. extranjeros y peregrinos—(Oseas 1:17.) Moradores, lit., “colonos”, personas que toman casa en una ciudad sin ser ciudadanos: cuadro de la posición del cristiano en la tierra; y peregrinos, los que moran por un tiempo en el exterior. Flacius analiza la exhortación así: (1) Purificad vuestras almas (a) como extranjeros en la tierra, que no debéis permitir que os estorben las concupiscencias terrenales, y (b) porque éstas guerrean en contra de la salvación del alma. (2) Andad piadosamente entre los incrédulos para que (a) dejen de calumniar a los cristianos y (b) se conviertan ellos mismos a Cristo. deseos carnales—enumerados en Gálatas 5:19. No sólo los apetitos que tenemos en común con los animales, sino también los pensamientos de la mente no regenerada. queGriego, “los que”, es decir, por cuanto batallan contra el alma. No sólo impiden: también atacan [Bengel] el alma—“Batallan contra el alma” regenerada; así como contra las de los lectores. El alma regenerada es asediada por los deseos pecaminosos. Como Samsón en el regazo de Dalila, el creyente, en el momento en que se entrega a las concupiscencias, tiene ya cortados los rizos de su fuerza, y deja de mantener aquella separación del mundo y de la carne, de la que el voto nazareo era emblema.

12. conversación—“comportamiento”, “conducta”. Hay dos cosas en las que los “extranjeros y peregrinos” deben portarse bien: (1) la conversación, o conducta, como súbditos (v. 13), como siervos (v. 18), esposas (Gálatas 3:1), maridos (Gálatas 3:7), todos bajo toda circunstancia; (2) la confesión de la fe (Gálatas 3:15). Estas dos surgen de la voluntad de Dios. Nuestra conducta debe conformarse a la condición del Salvador; ésta es celestial, así también debe ser aquélla. honesta—honrosa, decorosa, propia (Gálatas 3:16). Comp. en contraste la “vana conversación” Daniel 1:18. El buen porte no nos hace piadosos; debemos primero ser piadosos y creyentes antes de pretender llevar un curso bueno. La fe recibe de Dios, luego el amor da al prójimo [Lutero]. en lo que ellos murmuran de vosotrosAhora (v. 15), para que ellos, sin embargo, tarde o temprano, glorifiquen a Dios; “para que en aquello, por vuestras buenas obras (que verán con más íntima inspección), glorifiquen a Dios”. Las mismas obras “que con más cuidadosa consideración, deben llevar a los gentiles a alabar a Dios, son al principio objeto de odio y de escarnio”. [Steiger]. malhechores—Por cuanto los cristianos no podían conformarse a las costumbres paganas, eran acusados de desobediencia a las autoridades legales; a fin de rebatir esta acusación, se les dice que se sometan a toda ordenación humana (no pecaminosa en sí). glorifiquen—que formen un alto concepto del Dios adorado por los cristianos, debido a la conducta ejemplar de los cristianos mismos. Debemos hacer el bien, no para nuestra propia gloria, sino para la gloria de Dios. día de la visitación—de la gracia de Dios, cuando Dios los visitará en misericordia. estimándoosGriego., “serán testigos oculares de …” contemplarán de cerca: en contraste con su “ignorancia” (v. 15) del verdadero carácter de los cristianos y del cristianismo, habiendo juzgado solamente por los rumores. El mismo griego ocurre con sentido similar (“considerando”) en el 3:2. “Otros miran estrechamente (así expresa el griego) vuestras acciones de justicia.” [Bengel]. Tertuliano contrasta a los primitivos cristianos y los paganos: Estos se deleitaban en los sangrientos espectáculos del anfiteatro, mientras que un cristiano quedaba excomulgado si asistía siquiera una sola vez. Ningún cristiano se hallaba encarcelado por crimen, sino sólo por la fe. Los paganos excluían a los esclavos de los ritos religiosos, mientras que los cristianos tenían algunos presbíteros suyos de dicha clase social. La esclavitud silenciosa y gradualmente desaparecía por la ley cristiana del amor, “Todo lo que quisierais que os hiciesen los hombres, así hacedlo a ellos”. Cuando los paganos desamparaban a sus familiares en una plaga, los cristianos servían a los enfermos y moribundos. Cuando los gentiles abandonaban a sus muertos después de la batalla, y arrojaban a sus heridos a la calle, los discípulos se apresuraban a dar alivio a los que sufrían.

13. toda ordenación—(“Toda institución humana” [Alford]. lit., “toda creación humana”. Aunque son de determinación divina, sin embargo, en el modo de su nombramiento y en el ejercicio de su autoridad, los gobernantes de la tierra no son sino instituciones humanas, siendo de los hombres, y en relación a los hombres. El apóstol habla como uno elevado por encima de todo lo humano. Pero a fin de que los creyentes no se crean tan ennoblecidos por la fe como para ensalzarse sobre la subordinación a las autoridades humanas, les dice que se sujeten por amor de Cristo, quien desea que estéis sujetos, y quien una vez estuvo sujeto también a gobernantes humanos, aun cuando tenía sujetas a sí mismo todas las cosas, y cuyo honor es vuestra responsabilidad en la tierra. Comp. Romanos 13:5 : “Sed sujetos a causa de la conciencia”. rey—el emperador romano era “supremo” (superior), en las provincias a donde la Epístola era enviada. Los judíos fanáticos le negaban la obediencia. La distinción entre “el supremo rey” y “gobernadores por él enviados”, sugiere que si el rey manda una cosa y el magistrado subordinado otra, debemos obedecer más bien al superior”. [Agustín en Grocio]. Las Escrituras no prescriben nada respecto a la forma de gobierno, sino simplemente sujeta al cristiano a la forma existente en cualquier parte, sin discutir la cuestión de derecho de los gobernantes (pues los emperadores romanos se habían tomado por la fuerza la suprema autoridad, y Roma, por medios injustificables, se había hecho la “señora” del Asia), porque los gobernantes de facto no habían sido constituídos por la suerte, sino por la providencia de Dios.

14. gobernadores—subordinados al emperador, “enviados”, o delegados por César para presidir sobre las provincias. para venganza—o “castigo”. Jamás ha sido tiranía tan falta de principios como para no mantener alguna forma de equidad en sí; por lo corrupto que fuere un gobierno, Dios nunca permite que lo sea tanto que no sea mejor que la anarquía [Calvino]. Aunque los reyes malos a menudo oprimen a la gente buena, sia embargo, casi nunca lo hacen por medio de la autoridad pública (y es lo que es hecho por la autoridad pública de lo que Pedro habla aquí), sino bajo la máscara del derecho. La tiranía persigue a muchos, pero la anarquía trastorna todo el estado [Horneius]. La sola excepción justificable son los casos en que la obediencia a los reyes envuelve claramente la desobediencia a los mandamientos expresas del Rey de los reyes. loor de los que hacen bien—Todo gobierno reconoce la excelencia de los súbditos verdaderamente cristianos. Así Plinio, en su carta al Emperador Trajano, reconoce: “No he hallado en ellos nada salvo una perversa y extravagante superstición”. Tal reconocimiento, a la larga mitigó la persecución 3:13).

15. La razón por qué le recomienda la sumisión a las autoridades (v. 13). hagáis callarLit., “amordazar”, “taparles la boca”. la ignorancia—espiritual; no teniendo “el conocimiento de Dios”, y por tanto ignorantes de los hijos de Dios, e interpretando mal los actos de ellos; influídos por las meras apariencias, más bien que por los ojos y los oídos. La ignorancia de ellos debe mover al cristiano a lástima, no encenderle la ira. Ellos juzgan cosas que son incapaces para juzgar a causa de la incredulidad (v. 12). Mantened tal conducta ante ellos, que no os puedan denunciar ni acusar de nada, sino tocante a vuestra fe; y de modo que sus mentes sean favorablemente dispuestas para con el cristianismo.

16. como libres—como “los libertos del Señor”, relacionado gramaticalmente con “haciendo bien” del v. 15. El “bien-hacer” es el fruto natural del “ser les libres de Cristo, libertados por la verdad”, de la esclavitud del pecado. El deber nos impone guardarnos de la lascivia, pero la manera en que debe ser efectuado es por el amor y los santos instintos de la libertad cristiana. Se nos dan los principios, no los detalles. como siervos de Dios—obligados, por tanto, a sujetaros a toda ordenación humana (v. 13), dispuesta también por Dios.

17. Honrad a todos—según sea el debido honor en cada caso. Entre iguales un respeto mutuo es debido. Cristo dignificó nuestra humanidad al asumirla; por tanto no debemos deshonrarla, sino respetar y honrar nuestra común humanidad, aun en los más humildes. El primer “honrad” está en el aoristo griego del imperativo, y significa: En cada caso pagad a todos puntualmente lo que debéis” [Alford]. El segundo está en el presente, queriendo decir, “Honrad al rey habitual y continuamente”. Así que el primer precepto es general; los tres siguientes son tres grandes divisiones. Amad—el presente: amad habitualmente con la especial afección congenial que debéis sentir para con los hermanos, además del amor general a todos los hombres. Temed a Dios … rey—El rey ha de ser honrado: pero Dios solo, en sentido supremo, temido.

18. SiervosGriego, “domésticos”: no se trata de “esclavos”. Probablemente incluye a los libertos (ex-esclavos) que queden aún en casa de sus amos. Amos no lo eran comúnmente los cristianos: menciona, pues, solamente a los sirvientes. Estos eran a menudo perseguidos por los amos incrédulos. La finalidad de Pedro parece ser enseñarles la sumisión, sea cual fuere el carácter de los amos. Pablo, no teniendo el mismo propósito prominente, incluye los amos en sus amonestaciones. sed sujetosGriego, “Estad (tácito) sujetándoos” continuamente: que expresa un ejemplo particular de la exhortación general de buena conducta (vv. 11, 12), de la cual el primer precepto particular es, “Sujetaos a toda ordenación humana por amor de Dios” (v. 13). La exhortación se resume en el v. 16, y así el gerundio del v. 18, “sujetándoos”, se liga a los imperativos hortatorios antecedentes, o sea, “absteneos,” “sujetaos”, “honrad a todos.” con todo temorGriego, “en todo …”, en todo posible temor, bajo toda circunstancia: temor respetuoso de uno en sujeción: Dios, con todo, es el objeto final del “temor:” “por respeto del Señor” (v. 13), no meramente el miedo servil. buenos—benignos. humanos—indulgentes hacia las errores: considerados; complacientes; que no exigen todo cuanto la ley pudiera demandar. rigurosos—perversos, severos. Los que tienen que obedecer no deben hacer del carácter y comportamiento de su superior la medida del cumplimiento de sus obligaciones.

19. El motivo para sujetarse aun a los rigurosos. agradableGriego, “Esto es una gracia:” Comp. Lucas 6:33, “¿qué gracia tenéis.. ?” Un curso fuera de lo común, y en especial agradable (digno de alabanza, versión inglesa) ante los ojos de Dios; no que se gane mérito, según la interpretación romanista, haciendo así una obra de supererogación (comp. el v. 20). conciencia delante de DiosLit., “Por la conciencia de Dios”; por una consideración consciente de Dios, más bien que de los hombres. sufreGriego, soporta con paciencia como bajo “una carga superimpuesta”. [Alford]. molestiasGriego., “tristezas”, penas.

20. quéGriego, “qué suerte de.” gloria—qué mérito particular. abofeteados—el castigo de esclavos e infligido repentinamente [Bengel]. esto … es—Alguno de los manuscritos más antiguos anteponen “porque”: “Afligidos … lo sufrís con paciencia (es una gloria), porque esto es agradable”; o sea, “una gracia”, como en el v. 19.

21. El ejemplo de Cristo es una prueba de que la paciente tolerancia de padecimientos inmerecidos es aceptable a Dios. para esto—para soportar los padecimientos no merecidos (Lucas 3:9). Cristo es el ejemplo para los siervos, puesto que él alguna vez estuvo “en forma de siervo”. llamados—con vocación celestial, aunque sois esclavos. por nosotros—Su muerte por nosotros es el supremo ejemplo del “hacer bien” (v. 20). Debéis sufrir con paciencia, siendo inocentes, como Cristo también inocentemente sufrió (no por sí mismo, sino por nosotros). Los manuscritos más antiguos rezan: “… por vosotros, dejándoos ejemplo”. Los padecimientos de Cristo, mientras sirven de ejemplo, fueron primordialmente “por nosotros”, consideración que nos impone la eterna obligación de agradarle. dejándonos—tras de sí (así dice el griego), al irse al Padre y a la gloria. ejemploGriego, “modelo”, una copia de escrito hecho por el maestro para los alumnos. Los preceptos y sermones de Cristo eran unas transcripciones de su vida. Pedro expone gráficamente a los domésticos aquellos rasgos especialmente adaptados al caso de ellos, sigáisde cerca: dice el griego. sus pisadas—o sea, el camino de su paciencia combinada con la inocencia.

22. Que ilustra el bienhacer de Cristo (v. 20). en medio de padecimientos. no hizo—El aoristo griego. “Nunca, ni en un solo caso” [Alford]. Cita de Isaías 53:9, versión de los Setenta. niNi tampoco [Alford]. La pureza de boca es marca de perfección. El engaño es una falta común de los siervos. “Si hay quien se jacte de su inocencia, Cristo por cierto no sufrió como malhechor” [Calvino], sin embargo lo llevó con paciencia (v. 20). Sobre la perfección moral de Cristo véase 2 Corintios 5:21; Hebreos 7:26.

23. Los siervos son propensos a ser respondones (Tito 2:9). Las amenazas de juicio divino contra los opresores son usadas a menudo por los que no tienen otra arma, por ejemplo, los esclavos. Cristo, el Señor, podría haber amenazado con la verdad, pero nunca lo hizo. remitía la causa—como hombre en sus padecimientos. Comp. el tipo, Jeremias 11:20. Aquí Pedro parece tener en la mente Isaías 53:8. Comp. Romanos 12:19, sobre nuestro deber correspondiente. Dejad vuestro caso en las manos de él, no deseando hacerle ejecutor de vuestra venganza, antes orando por vuestros enemigos. El justo juicio de Dios da tranquilidad y consuelo a los oprimidos.

24. El cual mismo—no habiendo otro alguno que lo pudiese hacer, sino él mismo. Su voluntaria empresa de la obra de la redención aquí se quiere decir. El griego pone en yuxtaposición “nuestros” y “él mismo”, para señalar la idea de su sustitución por nosotros. El bienhacer de sus padecimientos se expone aquí como ejemplo para los domésticos y para todos nosotros (v. 20). llevó—para sacrificar; término sacrificial, que significa “llevó y ofreció”. Isaías 53:11 : “El llevó los pecadas de muchos”: donde se destaca la idea de llevar sobre sí; aquí la idea de la ofrenda en sacrificio se combina con aquélla. Tal es el sentido del mismo vocablo en el v. 5. nuestros pecados—Al ofrecer o presentar en sacrificio (como denota el griego por “llevar”) su cuerpo, Cristo ofreció en él la culpa de nuestros pecados sobre la cruz, como sobre el altar de Dios, para que fuese expiada en él (Cristo) y así apartada de nosotros. Comp. Isaías 53:10 : “… puesto su vida en expiación por el pecado”. Pedro así expresa con “llevó” lo que el siríaco requiere dos vocablos para expresar: llevar y ofrecer: (1) Ha llevado nuestros pecados, que le fueron impuestos (es decir: la culpa, maldición y castigo de ellos); (2) Los ha llevado de tal manera que los ofreció junto consigo mismo sobre el altar. Se refiere a los animales, sobre los cuales los pecados eran puestos primero, los cuales así cargados eran luego ofrecidos en sacrificio [Vitringa]. El pecado y la culpa se consideran entre los semitas como carga que reposa pesadamente sobre el pecador. [Gesenius]. sobre el madero—la cruz, el lugar propio para uno sobre el cual la maldición fue puesta: esta maldición permaneció en él hasta que fue legalmente (por la muerte de quien llevaba la culpa) destruída en su cuerpo; así está cancelada por su muerte la obligación legal que nos era contraria. muertos a los pecados—el efecto de la muerte de Cristo sobre “el pecado” en el conjunto, y todos “los pecados” particulares; es decir, que estuviésemos tan libertados de ellos como el esclavo muerto está libre del servicio de su amo. Tal es nuestro estado espiritual por la fe en virtud de la muerte de Cristo: nuestra mortificación efectiva de los pecados particulares está en la proporción del grado de nuestra conformación eficiente a la muerte de él. “Para que muriésemos a los pecados cuya culpa conjunta Cristo quitó con su muerte, y así viviésemos a la justicia (comp. Isaías 53:11, “Justificará mi siervo justo a muchos”, la relación bendita con Dios a la que Cristo nos introdujo”. [Steiger]. herida … sanados—Una paradoja, pero es la verdad. “Vosotros siervos (comp. abofeteados, el madero, vv. 20, 24) lleváis a menudo la aflicción; pero no es más de lo que vuestro Señor mismo llevó; aprended de él la paciencia en los padecimientos injustos”.

25. (Isaías 53:6.) Porque—señalando la necesidad natural de ser sanados (v. 24). ahora—ya que la propiciación para todos está hecha, el fundamento está puesto para la conversión individual: así “habéis vuelto”, u “os convertisteis …” al Pastor y Obispo—La designación de los pastores y ancianos de la Iglesia pertenece a su sentido más pleno a la gran Cabeza de la Iglesia, “el buen Pastor”. Como el obispo “vigila” (lit., “sobrevé” en el griego), así “los ojos del Señor están sobre los justos” (3:12). Nos da su Espíritu, y nos alimenta y nos guía por su palabra. “Pastor” (hebreo, Parnas) se aplica a menudo a reyes, y se emplea en la formación de hombres, como Pharnabazus.

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