Isaías 40:1-31

1 “¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!”, dice su Dios.

2 “Hablen al corazón de Jerusalén y proclámenle que su condena ha terminado y su iniquidad ha sido perdonada, que de la mano del SEÑOR ya ha recibido el doble por todos sus pecados”.

3 Una voz proclama: “¡En el desierto preparen el camino del SEÑOR; enderecen calzada en la soledad para nuestro Dios!

4 ¡Todo valle será rellenado, y todo monte y colina rebajados! ¡Lo torcido será convertido en llanura, y lo escabroso en amplio valle!

5 Entonces se manifestará la gloria del SEÑOR, y todo mortal juntamente la verá; porque la boca del SEÑOR ha hablado”.

6 Una voz decía: — ¡Proclámalo! Y yo respondí: — ¿Qué he de proclamar? — Que todo mortal es hierba, y toda su gloria es como la flor del campo.

7 La hierba se seca, y la flor se marchita; porque el viento del SEÑOR sopla sobre ella. Ciertamente el pueblo es hierba.

8 La hierba se seca y la flor se marchita; pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.

9 »Sube sobre un monte alto, oh Sion, tú que anuncias buenas nuevas. Levanta con fuerza la voz, oh Jerusalén, tú que anuncias buenas nuevas. Levántala; no temas. Di a las ciudades de Judá: “¡He aquí su Dios!”.

10 He aquí que el SEÑOR Dios vendrá con poder, y su brazo gobernará por él. He aquí que su retribución viene con él, y su obra delante de él.

11 Como un pastor, apacentará su rebaño; con su brazo lo reunirá. A los corderitos llevará en su seno, y conducirá con cuidado a las que todavía están criando.

12 ¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano y calculó la extensión de los cielos con su palmo? ¿Quién contuvo en una medida el polvo de la tierra, y pesó los montes con báscula y las colinas en balanza?

13 ¿Quién ha escudriñado al Espíritu del SEÑOR, y quién ha sido su consejero y le ha enseñado?

14 ¿A quién pidió consejo para que le hiciera entender, o lo guió en el camino correcto, o le enseñó conocimiento, o le hizo conocer la senda del entendimiento?

15 He aquí que las naciones son como una gota de agua que cae de un balde, y son estimadas como una capa de polvo sobre la balanza. Él pesa las islas como si fueran polvo menudo.

16 El Líbano no bastaría para el fuego ni todos sus animales para un holocausto.

17 Todas las naciones son como nada delante de él; son consideradas por él como cosa vana, y como lo que no es.

18 ¿A qué, pues, harán semejante a Dios; o con qué imagen lo compararán?

19 El escultor hace una imagen de fundición, y el platero la recubre con oro y le funde cadenas de plata.

20 El que es pobre para ofrecer tal ofrenda escoge una madera que no se pudra y se busca un escultor experto, para que le haga una imagen que no se tambalee.

21 ¿Acaso no saben? ¿Acaso no han oído? ¿Acaso no se les ha dicho desde el principio? ¿Acaso no han comprendido la fundación del mundo?

22 Él es el que está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos habitantes le son como langostas. Él despliega los cielos como un velo y los extiende como una tienda para habitar.

23 Él convierte en nada a los poderosos, y a los gobernantes de la tierra hace como cosa vana.

24 Apenas plantados, apenas sembrados, apenas su tallo ha echado raíz en la tierra, él sopla sobre ellos; y se secan. El torbellino los levanta como a la paja.

25 “¿A quién, pues, me harán semejante, para que yo sea su igual?, dice el Santo.

26 Levanten en alto sus ojos y miren quién ha creado estas cosas. Él saca y cuenta al ejército de ellas; a todas llama por su nombre. Por la grandeza de su vigor y el poder de su fuerza, ninguna faltará”.

27 ¿Por qué, pues, dices, oh Jacob; y hablas tú, oh Israel: “Mi camino le es oculto al SEÑOR, y mi causa pasa inadvertida a mi Dios”?

28 ¿No lo has sabido? ¿No has oído que el SEÑOR es el Dios eterno que creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, y su entendimiento es insondable.

29 Da fuerzas al cansado y le aumenta el poder al que no tiene vigor.

30 Aun los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen.

31 Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

SEGUNDA PARTE DE LAS PROFECIAS DE ISAIAS. Las anteriores eran de carácter local y temporal en su alcance. Estas pertenecen a un lejano futuro y son de interés universal. La liberación del cautiverio babilónico, por orden de Ciro, predicho aquí mediante profética sugestión, induce al profeta a predecir otra liberación mayor, que realizaría el Mesías, el Salvador de judíos y gentiles en la actual ecléctica Iglesia, así como Restaurador de Israel y, finalmente, Cabeza literal y espiritual de su reino universal. Así como Asiria era la potencia enemiga mundial de que trata la primera parte, la cual tiene referencia al tiempo de Isaías, así Babilonia lo es en la última parte, con relación a un período muy posterior. El eslabón que conecta sin embargo, a ambas partes, se halla al final de la primera (cap. 39:6). La última fué escrita en la vejez de Isaías, como se echa de ver por su estilo, más maduro y por el tono de que está penetrado; es menos vehemente, más tierno y dulce que el de la primera parte.

1. Consolaos—Repetido dos veces, para brindar una doble seguridad. Habiendo anunciado la futura cautividad de los judíos en Babilonia, Dios ahora desea que sus siervos, los profetas (cap. 52:7), los consuelen. La escena tiene lugar en Babilonia; el tiempo, cerca del fin de la cautividad; la base del consuelo, la pronta terminación de la cautividad, cuyo conductor será el propio Jehová. pueblo mío … vuestro Dios—expresiones correlativas (Jeremias 31:33; Oseas 1:9). La base de su intervención en su favor, después de haberlos castigado por an tiempo (cap. 54:8), es la relación debida al pacto celebrado con su pueblo y a la palabra de la promesa dada a sus antepasados (v. 8)

2. Hablad al corazón—no meramente al intelecto. Jerusalem—Bien que estaba entonces en ruinas, Dios la contempla como a punto de ser reconstruída. Se alude principalmente a su pueblo; pero se habla de la ciudad, personificada. decidle a voces—pública y enfáticamente, a la manera de un pregonero (v. 3); que su tiempoel señalado tiempo de su miseria (Job 7:1, margen de la V. I.; Job 14:14; Daniel 10:1). Es probable que sea una insinuación de que el tiempo preciso de la economía legal de los pesados ritos está llegando a su fin (Gálatas 4:3). perdonado—El hebreo expresa que su pecado está tan expiado que Dios ahora se deleita en restaurarlo. doble … por todos sus pecados—Esto, en sentido muy restringido, sólo puede aplicarse a la restauración de Judá, después de la primera cautividad. Porque, ¿cómo puede decirse “que su tiempo ya se ha cumplido”, cuando el duro yugo de parte de Antíoco y también de Roma todavía los amenaza? Lo de “doble … por todos sus pecados”, debe referirse a la doble cautividad, la asiria y la romana, a la futura terminación de esta última dispersión, y únicamente entonces podrá decirse que “su iniquidad” será perdonada o completamente expiada [Houbigant]. Esto no significa el doble de lo que ella merece, sino un amplio castigo en su doble cautividad. El Mesías tiene una relación íntima con Israel (Cf. Mateo 2:15 con Oseas 11:1). La verdad es que él ha recibido un castigo mucho más amplio que el que se necesitaba para expiar “nuestros pecados” (Romanos 5:15, Romanos 5:17). O bien: (gritadle) “que recibirá el doble (de bendiciones) de la mano de Jehová que el castigo por todos sus pecados” (“pecado” se usa así en Malaquías 14:19, margen de la V. I.) [Lowth]. La Versión Reina-Valera es más sencilla.

3. que clama en el desierto—En esta forma la Versión de los Setenta y Mateo 3:3 conectan las palabras; pero los acentos en el hebreo hacen que diga así: “En el desierto preparad vosotros …” El paralelismo también requiere que se diga: “Preparad vosotros en el desierto”, que corresponde a “haced (veredas) rectas en el desierto”. Mateo estaba facultado, inspirado como estaba, para variar la conexión y dar otro sentido que estaba comprendido dentro del propósito del Espíritu Santo; en Mateo 3:1.… “Juan el Bautista, predicando en el desierto”, corresponde a “la voz de uno que clama en el desierto”. Maurer toma el participio como empleado en lugar de la inflexión verbal (así como en el v. 6): y traduce “Una voz clama”. La cláusula “en el desierto”, alude al paso de Israel por dicho lugar a su salida de Egipto para Canaán (Salmo 68:7), cuyo guía era Jehová; otro tanto acaecerá en la futura restauración de Israel, de la cual la de Babilonia fué sólo un tipo (no la plena realización; pues el camino por donde regresaron de ésta no fué a través del “desierto”). En el lugar donde Juan predicaba (a saber, en el desierto, tipo de este mundo, que es un desierto moral), a los oyentes se les manda preparar el camino del Señor, porque éste estaba por llegar allí [Bengel]. Juan, aunque fué seguido inmediatamente por el Mesías que había de padecer, es más bien el heraldo del Mesías que ha de reinar, como Malaquías 4:5 (“antes que venga el día de Jehová grande y temible”) lo prueba. Mateo 17:11 (cf. Hechos 3:21) insinúa que no se alude exclusivamente a Juan; que, aunque en cierto sentido Elías ha venido, en otro, tiene todavía que venir. Juan era el metafórico Elías, que venía “en el espíritu y poder de Elías” (Lucas 1:17); el pasaje de Juan 1:21, donde el Bautista niega que él sea el real Elías, concuerda con esta opinión. El pasaje de Malaquías 4:5 no puede haber recibido su total cumplimiento en la persona de Juan el Bautista, pues los judíos siempre lo entendieron como el literal Elías. En efecto, así como ha de haber otro consumador advenimiento del Mesías, así también puede ser que haya otro de su precursor Elías, quien se hallaba asimismo presente en la transfiguración. Jehová—como esto se aplica a Jesús, él debe ser Jehová (Mateo 3:3).

4. Los monarcas de Oriente, cuando emprenden un viaje, envían heraldos delante de sí para que eliminen los obstáculos del camino, hagan levantar terraplenes en los valles y nivelen las calzadas. Asimismo el deber de Juan era llevar el pueblo a la obediencia de la Ley, eliminando toda confianza propia, todo orgullo en cuanto a privilegios nacionales, toda hipocresía e irreligión, de manera que estuviesen listos para su venida (Malaquías 4:6; Lucas 1:17). lo torcido—los declives.

5. la verá—La Versión de los Setenta dice: “verá la salvación de Dios”. Así Lucas 3:6 (cf. Lucas 2:30, esto es, el Mesías); pero es probable que el evangelista tomase estas palabras del cap. 52:10. que—Más bien: “Toda carne verá que la boca de Jehová lo ha hablado” [Bengel].

6. Voz—la del mismo heraldo divino, como en el v. 3. Y yo—uno de los ministros o profetas (Nota, v. 1), cuyo deber era, bajo la dirección de “la voz”, “consolar al afligido pueblo del Señor con las promesas de mejores días”. Toda carne es hierba—La conexión es: Todas las cosas humanas, por más piadosas que sean, son transitorias; sólo son firmes las promesas de Dios (v. 8, 15, 17, 23, 24); semejante contraste ya fué sugerido en el v. 5, “Toda carne … la boca de Jehová”. Este pasaje se aplica evidentemente, según 1 Pedro 1:24, al mensaje evangélico del Mesías. (Cf. Juan 12:24; Santiago 1:10).

7. Viento de Jehová—(Salmo 103:16). El ardiente viento oriental de aquellos países enviado por Jehová (Jonás 4:8). el pueblo—Más bien, este pueblo [Lowth], que puede referirse a los babilonios [Rosenmuller], pero es mejor entender el género humano en general, como en el cap. 42:5; así el v. 6, “toda carne”; toda esta raza; esto es, el hombre.

9. Mejor: “¡Oh tú, la que traes cosas buenas a Sión; tú, la que traes buenas nuevas a Jerusalén”. Tú es, de consiguiente, la personificación colectiva de los mensajeros que anuncian los misericordiosos propósitos de Dios a Sión (Nota, v. 1); el cap. 52:7, lo confirma [Vulgata y Gesenius]. Si se retiene la Versión Inglesa, el sentido será: el feliz mensaje tenía que ser proclamado primero a Jerusalén y luego serlo desde esta ciudad, como su centro, a toda “Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra” (Lucas 24:47, Lucas 24:49; Hechos 1:8). [Vitringa y Hengstenberg]. monte—Era costumbre de los que se proponían anunciar algo importante subirse a lo alto de una colina para que todos pudiesen ver y oír fácilmente (Jueces 9:7; Mateo 5:1). no temas—de anunciar a los expatriados que su futuro regreso a la patria estará acompañado de peligros en medio de los babilonios. El ministro del evangelio “debe abrir la boca osadamente” (Proverbios 29:25; Efesios 6:19). Veis aquí—especialmente en su segunda venida (Malaquías 12:10; Malaquías 14:5).

10. con fortaleza—Más bien, como un valiente [Maurer]. O: contra el fuerte, a saber, Satán (Mateo 12:29; Apocalipsis 20:2, Apocalipsis 20:10). [Vitringa]. brazo—poder (Salmo 89:13; Salmo 98:1). se enseñoreará—esto es, él no necesita buscar la ayuda de nadie; pues en virtud de su inherente poderío logra el poder para sí (así el v. 14). su salario—esto es, la recompensa que dará a sus obreros por su trabajo (cap. 62:11; Apocalipsis 22:12).

11. apacentará—en lo cual están comprendidos todos los cuidados pastorales (Ezequiel 34:23; Salmo 23:1; Hebreos 13:20; 1 Pedro 2:25). los llevará—aplicable a la restauración de Israel por el Mesías, como ovejas dispersas por todos los países e incapaces de trasladarse ellos mismos a su propia tierra (Salmo 80:1; Jeremias 23:3). Así como Israel “fué llevado en el seno” (esto es, en sus primeros días) (cap. 63:9, 11, 12; Salmo 77:20), así lo será también “en la vejez” (en sus últimos días) (cap. 46:3, 4). pastoreará suavemente—como hace un pastor sensato, que hace que las paridas “amamanten” sus crías (Margen de la V. I.) (Génesis 33:13).

12. Para que los judíos no fueran a suponer que el descrito como pastor era un mero hombre, se le describe ahora como Dios. ¿Quién …?—¿Cuál otro, si no Dios, podría hacer eso? De consiguiente, aunque la redención y la restauración de su pueblo, predichas en este lugar, fuese una obra superior a la fuerzas del hombre, no deberían dudar de que tendrían cumplimiento, en vista de que todas las cosas son posibles para aquel que puede regular exactamente la proporción de las aguas cual si las hubiese medido con su mano (cf. v. 15). Pero Maurer traduce: “¿Quién puede medir?”, etc.; es decir, ¡cuán inmensurables son las obras de Dios! La primera explicación es mejor (Job 28:25; Proverbios 30:4). su palmo—el espacio desde la punta del dedo pulgar hasta el extremo del meñique extendidos; Dios mide los vastos cielos como uno mediría un pequeño objeto con el palmo de la mano. el polvo de la tierra—la tierra en su totalidad. Para él toda la tierra no es sino como unos granos de polvo contenidos en una diminuta medida (liter., la tercia de una medida). montes con balanza—dispuestos según las debidas proporciones y lugares, tan exactamente cual si los hubiese pesado.

13. Citado en Romanos 11:34; 1 Corintios 2:16. La voz hebrea traducida aquí “enseñó” es la misma que en el v. 12 traducida “medida”. De manera que el sentido es: “Jehová mide los cielos con su palmo”; Pero, ¿quién puede medirlo a él?; esto es, ¿quién puede conocer su Espíritu (su mente), con el cual conoce perfectamente y arregla todas las cosas? Maurer vierte exactamente el hebreo en el mismo sentido que en el v. 12 (así también Proverbios 16:2; Proverbios 21:2); “pesar”, “ponderar”.

14. senda de la prudencia—su sabiduría, en virtud de la cual él puede disponer tan artísticamente los lugares y las proporciones de todas las cosas creadas.

15. de—mejor (que caen) de un acetre. [Maurer]. hace desaparecer—Mejor. “son como una mera partícula de polvo” (que es llevada por el viento); liter., que uno recoge (Éxodo 16:14). [Maurer]. islas—Más bien, tierras en general, lo que responde a “las naciones” en la cláusula paralela. Quizás sean tierras semejantes a la Mesopotamia, encerrada entre ríos [Jerónimo], (así el cap. 42:15). Sin embargo, la voz “islas” en la Versión de Reina-Valera responde muy bien a “montañas” (v. 12), por ser unas y otras elevadas por el poder de Dios; en efecto, las islas son montañas surgidas del fondo del mar, mediante la acción de los volcanes. Sólo que aquí, Isaías aparentemente, dejó de hablar de cosas inanimadas (v. 12) para hablar de las cosas animadas, como naciones y tierras, o sea, sus habitantes.

16. Los bosques todos del Líbano no serían bastantes para proveer la leña para los sacrificios dignos de la gloria de Dios (cap. 66:1; 1 Reyes 8:27; Salmo 50:8). sus animales—que tanto abundaban en el citado monte.

17. (Salmo 62:9; Daniel 4:35). menos que nada—Maurer traduce como el cap. 41:24, de nada (partitivamente, o expresivo de la naturaleza de una cosa) una mera nada. y que lo que no es—o sea el vacío.

18. ¿Cuál de los ídolos de los paganos puede, pues, compararse con este todopoderoso Dios? Este pasaje, si no se escribió, según Barnes cree, tan tardíamente como la idolátrica época de Manasés, contiene por lo menos una anticipada y amonestadora alusión a ella y a los subsiguientes reinados. El resultado del castigo de la idolatría de los judíos, mediante la cautividad de Babilonia, fué que después de la restauración nunca más volvieron a caer en ella. Estas profecías quizás hayan contribuído a ese resultado (véase 2 Reyes 23:26).

19. la imagen—una imagen en general; por ser incongruente hablar de fundiciones de metal al tratarse de una imagen esculpida, esto es, tallada en madera. Así Jeremias 10:14. extiende—(Nota, cap. 30:22). cadenas—ornamento de lujo llevado por los ricos de oriente (cap. 3:18, 19), con las que adornaban asimismo a sus ídolos. Las reliquias egipcias demuestran que los egipcios suspendían sus ídolos con cadenas en sus casas.

20. El pobre—liter., el hundido en dificultades, y que no puede cubrir su ídolo con planchas de oro y plata (v. 19). una … de talla que no se mueva—que sea durable.

21. ¿No sabéis?—¿vosotros los idólatras? La pregunta es enfática y supone que ellos lo sabían. desde el principio—(cap. 41:4, 26; 48:16). Dios es el principio (Apocalipsis 1:8). La tradición trasmitida desde un principio, de que todas las cosas fueran creadas por Dios, debiera convenceros de su omnipotencia y de la imbecilidad de la idolatría.

22. El está asentado—Más bien, si se enlaza con el último versículo, ¿No habéis sabido?—¿No habéis comprendido a aquel que está sentado, etc.? (v. 26). [Maurer]. el globo—aplicable a la forma esférica de la tierra; sobre ella y la bóveda del cielo que la rodea, él se asienta. como langostas—a sus ojos (Números 13:33), pues él mira desde lo alto (Salmo 33:13; Salmo 113:4). como una cortina—Esto alude al toldo que los habitantes de Oriente tendían sobre el patio que había en el centro de sus casas, para protegerse del calor.

23. (Salmo 107:4; Daniel 2:21). los poderosos—esto es, los gobernantes; pues éstos ejercían funciones judiciales (Salmo 2:10). El hebreo, shoftν corresponde a los principales magistrados cartagineses llamados suffetes.

24. plantados—los “príncipes y jueces” (v. 23), que se oponen a los propósitos de Dios y a su pueblo, quienes se comparan frecuentemente a árboles altos (Salmo 37:35; Daniel 4:10). nunca fueran sembrados—la semilla; es decir, la raza, se extinguirá (Nahúm 1:14). su tronco—ni aun brotes echará su tocón después de que el árbol hubiere sido cortado: no tendrá descendiente alguno (Job 14:7; Nota, cap. 11:1). así que—Maurer traduce: “Apenas han sido (liter. aun no, como en 2 Reyes 20:4) plantados, etc., cuando él (Dios) sopla sobre ellos”, sopla—La figura está tomada del bochornoso viento oriental (el simún) que agosta la vegetación. torbellino … hojarascas—(Salmo 83:13), donde bajo el símil de una rueda, alude a la acción rotatoria del torbellino sobre el rastrojo.

25. (cf. v. 18).

26. saca … su ejército—imagen tomada de un general que pasa revista a su ejército: El es el Señor de Sabaoth, los ejércitos celestiales (Job 38:32). por sus nombres—con ser tan numerosas las estrellas, Dios conoce a cada una de ellas y todas sus distintivas características: En este sentido se usa la palabra “nombre” frecuentemente en las Escrituras; tanto que en Génesis 2:19, Adam, como vicegerente de Dios, llama a los animales por “nombre”, esto es, los caracterizó por sus diversas cualidades, que, a la verdad, Dios les había impartido. ninguna faltará—más bien, “en razón de la abundancia de su (íntima y esencial) fuerza y la firmeza de su potencia, ninguna de ellas vaga a la ventura”; alusión a la suficiencia de las fuerzas físicas con que él ha dotado los cuerpos celestes para impedir cualquier desorden en sus movimientos [Horsley]. En la Versión Inglesa el sentido es: “El las ha dotado con sus peculiares atributos (nombres), en virtud de la grandeza de su potencia” y el poder de su fuerza (mejor traducción que la de “Porque él es fuerte”).

27. Ya que esto es así, no te asiste ninguna razón para suponer que Dios se desentienda de tus intereses (“camino”; esto es situación, Salmo 37:5; Jeremias 12:1). mi Dios—de quien especialmente podría esperar que se interesaría por mí. pasó mi juicio—más bien, Dios ha descuidado mi causa; El pasa por alto mi caso, en mi esclavitud y angustia, y no repara en ello.

28. ¿No has sabido—por tu misma observación y la lectura de las Escrituras. oído—mediante la tradición de los padres. el Dios del siglo—Estos atributos de Jehová deberían infundir confianza a su afligido pueblo. y su entendimiento no hay quien lo alcance—tu causa, aunque tú digas lo contrario, él no la ignora; aunque haya mucho es sus caminos de inescrutable, él no puede errar (Job 11:7). El nunca se “cansa” o se “fatiga” de atender a las innumerables necesidades de su pueblo, supliéndoselas.

29. El no sólo “no se cansa” (v. 28), sino que da esfuerzo a los cansados. multiplica las fuerzas … no tiene ningunas—una aparente paradoja. A los “que no tienen fuerzas” en sí mismos; pero en él las tienen, con la añadidura de que él se las acrecienta (2 Corintios 12:9).

30. Los mancebos (jóvenes)—liter. los seleccionados; los escogidos a causa de su juvenil vigor para alguna empresa.

31. levantarán las alas—(2 Samuel 1:23). Más bien: “Echarán nuevo plumaje como águilas”; como si dijera: se renovarán a sí mismos; la cláusula paralela “tendrán nuevas fuerzas” confirma este sentido. Se creía que el águila cambiaba su plumaje en la vejez, y con ello renovaba su fuerza. Así traduce la Versión de los Setenta y la Vulgata, Salmo 103:5. Sin embargo, la “Versión Reina-Valera está respaldada por gradación descendente: levantarán, correrán, caminarán. El hijo de Dios que en todas las situaciones ora y espera “es fuerte en el Señor” (Salmo 84:7; Miqueas 4:5; Hebreos 12:1).

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