Jeremias 11:1-23

1 La palabra del SEÑOR que vino a Jeremías, diciendo:

2 — Escuchen las palabras de este pacto y hablen a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén.

3 Tú les dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Maldito el hombre que no obedece las palabras de este pacto

4 que mandé a sus padres el día en que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: ‘Oigan mi voz y hagan conforme a todo lo que yo les mando. Así serán mi pueblo, y yo seré su Dios;

5 para confirmar el juramento que hice a sus padres de darles la tierra que fluye leche y miel, como en este día’ ”. Yo respondí: — Así sea, oh SEÑOR.

6 Entonces el SEÑOR me dijo: — Proclama todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: “Oigan las palabras de este pacto y pónganlas por obra.

7 Porque bien advertí a sus padres el día en que los hice subir de la tierra de Egipto y hasta el día de hoy, advirtiéndoles persistentemente y diciendo: ‘Escuchen mi voz’.

8 Pero no escucharon ni inclinaron su oído. Más bien, se fueron cada uno tras la dureza de su malvado corazón. Por eso traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto que mandé que cumplieran, pero que no cumplieron”.

9 Además, el SEÑOR me dijo: — Se ha hallado conspiración entre los hijos de Judá y entre los habitantes de Jerusalén.

10 Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, quienes rehusaron escuchar mis palabras; se han ido tras otros dioses para servirles. La casa de Israel y la casa de Judá han invalidado mi pacto que concerté con sus padres.

11 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR, he aquí que yo traigo sobre ellos un mal del que no podrán escapar. Clamarán a mí, pero no los escucharé.

12 Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán y clamarán a los dioses a los cuales queman incienso, pero estos de ninguna manera los podrán salvar en el tiempo de su calamidad.

13 Porque según el número de tus ciudades, oh Judá, han sido tus dioses; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, han puesto altares a la vergüenza, altares para quemar incienso a Baal.

14 Tú, pues, no ores por este pueblo. No levantes por ellos clamor ni oración, porque yo no escucharé en el tiempo en que clamen a mí, en el tiempo de su calamidad.

15 »¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, después de haber hecho tantas intrigas? ¿Acaso los votos y la carne santa podrán apartar tu mal de sobre ti? ¿Puedes entonces alegrarte?

16 »El SEÑOR llamó tu nombre: “Olivo verde de hermoso fruto y buen aspecto”. Pero con el estruendo de gran tumulto él le prenderá fuego, y sus ramas quedarán arruinadas.

17 El SEÑOR de los Ejércitos que te plantó ha decretado el mal contra ti, a causa de la maldad que para sí mismos hicieron los de la casa de Israel y de la casa de Judá, al provocarme a ira quemando incienso a Baal.

18 El SEÑOR me lo hizo saber, y lo supe; me hizo ver las obras de ellos.

19 Pero yo era como un cordero manso que llevan a degollar, pues no entendía que contra mí maquinaban planes diciendo: “ Eliminemos el árbol en su vigor. Cortémoslo de la tierra de los vivientes, y nunca más sea recordado su nombre”.

20 Pero, oh SEÑOR de los Ejércitos, que juzgas con justicia y escudriñas la conciencia y el corazón, deja que yo vea tu venganza contra ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.

21 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR acerca de los hombres de Anatot que buscan mi vida y dicen: “No profetices en nombre del SEÑOR, para que no mueras por nuestra mano”.

22 Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, y sus hijos y sus hijas morirán de hambre.

23 No quedará sobreviviente de ellos, porque yo traeré el mal sobre los hombres de Anatot en el año de su castigo”.

EPITOME DEL PACTO HALLADO EN EL TEMPLO EN EL REINADO DE JOSIAS. JUDA LO DESOBEDECE. LA CONSIGUIENTE IRA DE DIOS A CAUSA DE ELLO.

2. Oíd—Había otros además de Jeremías que tenían que promulgar la voluntad de Dios al pueblo; los sacerdotes tenían el deber de leerle la Ley (Malaquías 2:7). de este pacto—alusión al libro de la Ley hallado en el templo por el sumo sacerdote Hilcías, cinco años después del llamamiento de Jeremías al ministerio profético (2 Reyes 22:8 a 23:25).

3. (Deuteronomio 27:26; Gálatas 3:10).

4. el día—esto es, cuando el pacto sinaítico fué celebrado algún tiempo después del éxodo, pero están vinculados de tal manera los dos sucesos que se consideran como uno horno de hierro—(Deuteronomio 4:20; 1 Reyes 8:51). “Horno” expresa una severa prueba; “hierro”, su larga duración. El horno era de tierra, no de hierro (Salmo 12:6); un horno con calor y duración suficiente para derretir aun el hierro. La liberación de ellos de tal prueba agrava su presente culpa. ejecutad aquéllas—esto es, las palabras del pacto (v. 3). y me—(Levítico 26:3, Levítico 26:12).

5. juramento—(Salmo 105:9). como este día—Estas son las palabras terminantes de Dios dirigidas a los israelitas cuando los sacó de la tierra de Egipto: “Obedeced, etc., para que os pueda cumplir en este tiempo la promesa que les hice a vuestros padres, etc., de darles” etc. [Maurer]. La Versión Inglesa hace que las palabras sean aplicables al tiempo de Jeremías: “Como vosotros veis en este tiempo que la promesa de Dios ha sido cumplida”, a saber, la toma de Canaán por Israel. Amén, oh Jehová—Estas palabras están tomadas de Deuteronomio 27:15, con las cuales Jeremías admite que las maldiciones pronunciadas allí son justas (véase v. 3).

6. Jeremías tenía que hacer una gira profética por todo Judá para proclamar en todas partes las amenazas contenidas en el libro de la Ley hallado en el templo. Oíd … ponedlas por obra—(Romanos 2:13; Santiago 1:22).

7. madrugando—(cap. 7:13).

8. imaginación—más bien, obstinación. traeré—las palabras “hasta el día de hoy” (v. 7), confirman la Versión Reina-Valera más bien que la de Rosenmuller: “Yo traje sobre ellos”. las palabras—las amenazas (v. 3; Deuteronomio 27:15).

9. conjuración—una deliberada confabulación contra Dios y la reforma de Josías. Su idolatría no es el resultado de un apresurado impulso (Salmo 83:5; Ezequiel 22:25).

11. clamarán a mí—en contraste con “clamarán a los dioses” etc. (v. 12). y no los oiré—(Salmo 18:41; Proverbios 1:28; Isaías 1:15; Miqueas 3:4).

12. clamarán a los dioses … no los podrán salvar—(Deuteronomio 32:37). Véase con este versículo y el principio del v. 13, el cap. 2:28. en el tiempo de su mal—es decir, de su calamidad (cap. 2:27).

13. ignominia—hebreo vergüenza, quiere decir que el ídolo no sólo es vergonzoso, sino que es la esencia de todo lo que es vergonzoso (cap. 3:24; Oseas 9:10), el cual traerá vergüenza y confusión sobre vosotros mismos. [Calvino].

14. Hay aquí una progresión tal de culpabilidad que no es posible que se siga intercediendo en su favor (Éxodo 32:10; la versión caldea dice: “deja de orar”; cap. 7:16; 1 Samuel 16:1; 1 Samuel 15:35; 1 Samuel 15:1 de Juan 5:16). Nuestro entendimiento debiera estar de acuerdo con Dios en todo lo que él hace, aun en el rechazo de los réprobos. en su aflicción—a causa de su cuita. Otros MSS. dicen “en el tiempo de su angustia”, que es una glosa del v. 12,

15. mi amado—mi pueblo elegido, la Judea; esto agrava su ingratitud (cap. 12:7). abominaciones muchas—(Ezequiel 16:25). Más bien, “la grande (o múltiple) enormidad”; liter., la enormidad, la múltiple, que conviritió su culto de Dios en el templo en un escarnio (véase 7:10; Ezequiel 23:39). [Henderson]. las carnes santas—(Hageo 2:12; Tito 1:15), a saber, los sacrificios, que, por culpa de los judíos, ya no eran santos, esto es, aceptos a Dios. De consiguiente, los sacrificios en que descansaban ya no los protegerán. Judá está representada como la esposa de un sacerdote, que, a causa de haber adulterado, ha perdido su derecho a participar de la carne de los sacrificios, y no obstante se jacta al mismo tiempo de su prerrogativa [Horsley]. en tu maldad te gloriaste—liter., “cuando tu maldad está cerca”. Piscator traduce: “Cuando tu calamidad está cerca (de acuerdo con las amenazas de Dios), tú te glorías” (contra Dios, en lugar de humillarte). La Versión Reina-Valera está mejor. (Véase Proverbios 2:14).

16. llamó … tu nombre—te hizo. oliva—(Salmo 52:8; Romanos 11:17). La “oliva” fué escogida para representar la adopción de Judá por la libre gracia de Dios, pues su aceite es imagen de riqueza (véase Salmo 23:5; Salmo 104:15). a la voz de gran palabra—o “al ruido”, etc., esto es, al tumulto del ejército invasor (Isaías 13:4). [Maurer]; o, más bien, “con el sonido de una poderosa voz”, a saber, la de Dios, o sea el trueno; de esta manera no hay confusión de metáforas. El árbol alcanzado por el rayo se incendia, y las ramas se rompen a un mismo tiempo [Houbigant]

17. te plantó—(Caps. 2:21; Isaías 5:2). a sí mismos—el delito del pecador redunda en su propio daño (Nota. cap. 7:19).

18-19. Jeremías aquí se aparta de su asunto para llamar la atención al complot de sus convecinos de Anatot para atentar contra su vida. El nada había sospechado hasta que Dios se lo reveló (cap. 12:6). Jehová … me hiciste—El cambio de la tercera persona a la segunda concuerda con los excitados sentimientos del profeta. entonces—cuando mi vida corría peligro. sus obras—las de los vecinos de Anatot. El que los alude de esta manera antes de mencionar sus nombres, se debe a su conmoción.

19. cordero—liter., cordero favorito, como el que los judíos tenían frecuentemente en sus casas para que sus hijitos jugasen con ellos; es ésa una costumbre que aún tienen los árabes (2 Samuel 12:3). Los propios amigos intimos del profeta se habían confabulado contra él. El lenguaje es exactamente el mismo que el aplicado al Mesías (Isaías 53:7). Cada profeta y patriarca ejemplificaba en su persona uno o más rasgos de los múltiples atributos y sufrimientos del Mesías, lo mismo que les ha sucedido a los santos después de su venida (Gálatas 2:20; Filipenses 3:10; Colosenses 1:24). Esto es aplicable a los más experimentados en testificar de Cristo. de signios—(cap. 18:18). el árbol con su fruto—liter., en su fruto o alimento, esto es, mientras tiene su fruto. Expresión proverbial para expresar la destrucción de la causa y el efecto simultáneamente. El hombre es el árbol; su enseñanza, el fruto. Destruyamos al profeta, y sus profecías, a saber, las que amenazaban con la destrucción de la nación, las que tanto los ofendían. Véase Mateo 7:17, que también se refiere a los profetas y a sus doctrinas.

20. sondas … el corazón—(Apocalipsis 2:23). descubierto—encomendado mi causa. El deseo de venganza de Jeremías no era personal, sino ministerial, el cual era conforme al propósito de Dios, que se lo había revelado a él; sus enemigos lo eran suyos y de Dios (Salmo 37:34; Salmo 54:7; Salmo 112:8; Salmo 118:7).

21. No profetices—(Isaías 30:10; Amós 2:12; Miqueas 2:6). Si Jeremías no hubiese proferido sus denunciadoras predicciones, ellos no se hubieran confabulado contra él. Nadie se sentía más amargado que sus mismos convecinos. Compárese la conducta de los nazarenos para con Jesús (Lucas 4:24).

22. La retribución de su planeado asesinato será en especie, exactamente como en el caso del Mesías (Salmo 69:8).

23. (Cap. 23:12). el año de su visitación—La Versión de los Setenta traduce “en el año de su …”, etc.; esto es, en el tiempo cuando yo los visite en ira. Jerónimo apoya a Valera, “Año” significa frecuentemente un tiempo indeterminado.

Continúa después de la publicidad