Porque, ¿quién te distingue o te ha distinguido de otro? Él habla particularmente a esos predicadores orgullosos y vanidosos: si tienes talentos más grandes que otro hombre, ¿quién te los ha dado a ti oa alguien, sino Dios, que es el dador y el autor de todo don y perfección? Esto no solo es cierto para el don de la predicación, sino para todos los dones y gracias; de modo que San Agustín lo utiliza en varios lugares contra los pelagianos, para mostrar que es sólo por gracia, que un hombre es preferido antes que otro, y no por sus propios méritos. (Witham)

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