Dirígete, pues, a Él y evita, con una conversión pronta y sincera, ese juicio terrible que el Juez justo y severo, que ahora te anuncio, pasará sin duda sobre los pecadores, cuando quite la paja del buen grano. es decir, lo malo de lo bueno, llamando a este último con él a su reino celestial y enviando al primero a arder en un fuego inextinguible. (Haydock)

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