Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas y cuyos pecados son cubiertos. Es decir, bienaventurados los que, haciendo penitencia, han obtenido el perdón y la remisión de sus pecados, y también quedan cubiertos; es decir, recién vestido con el hábito de la gracia y investido con la estola de la caridad. (Challoner) --- Cuando se dice que los pecados del hombre están cubiertos, no debemos imaginar que aún permanecen, pero por causa de la bondad de Dios no serán castigados, como sostienen los luteranos; porque la justicia de Dios no podría sufrir esto; pero por ella debemos entender que están completamente borrados, y ni existen, ni son considerados por Dios.

Sin embargo, no debemos concluir que el hombre es bendecido tan pronto como el pecado es remitido; ya que el mismo salmista, en otro lugar, atribuye felicidad al hombre cuando anda en la ley del Señor, cuando guarda el juicio y hace justicia. (Salmos i; cv; y cviii.) Y nuestro Salvador dice: Si sabes estas cosas, bendito serás si las haces. (San Juan XIII.) (Estius) --- Además, si los pecados nunca fueron borrados, sino sólo cubiertos, ¿por qué el profeta real oró al Todopoderoso, diciendo: Borra todas mis iniquidades; y en diferentes partes del salmo 50 y del salmo cviii, hablando del pecador atroz, dice: que el pecado de su madre no sea borrado; que no significaría nada en absoluto, si los pecados nunca fueran borrados? (Haydock)

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