La ley de Cristo, llamada aquí la ley perfecta de la libertad, ya que se distingue de la ley judía del miedo y la esclavitud, es como un espejo, que puede hacernos conocernos a nosotros mismos y descubrir y corregir nuestras faltas. (Witham)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad