Porque en muchas cosas todos ofendemos, [1] caemos en muchas, al menos en fallas. --- Si alguno no ofende de palabra, es perfecto. Aquel que en todos los casos puede gobernar su lengua, ha alcanzado un gran grado de perfección. --- También es capaz de llevar con una brida todo el cuerpo. Alude a la comparación en el siguiente versículo; y el sentido es que, una vez que ha sometido perfectamente a este adversario rebelde, se puede suponer que puede gobernarse a sí mismo en cuanto a otras pasiones y al conjunto de sus acciones. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Offendimus, griego: ptaiomen, tropezamos, en lugar de caer.

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