Verso 2. Porque en muchas cosas ofendemos a todos.

Es decir, los maestros ofendemos a todos en muchas cosas. Si seguimos el siríaco, la expresión no se limita a los maestros, sino que se aplica por igual a todos los cristianos. El lenguaje es: "Porque todos nosotros ofendemos en muchas cosas". Acepto esto como la mente del Espíritu, porque concuerda mejor con el párrafo siguiente, y es lo más natural. La razón es esta: todos, sean maestros o alumnos, están poseídos por las mismas enfermedades naturales.

Si alguno no ofende de palabra.

Las ofensas en su carácter, naturaleza y descripción son de dos tipos: (1) Ofensas que surgen de palabras únicamente; (2) ofensas que surgen de acciones. Las ofensas con mayor frecuencia se originan en palabras. Ahora bien, el hombre que no ofende en su habla es un hombre perfecto, completo; no perfecto en el sentido absoluto, sino un hombre de gran virtud, y, en comparación con su prójimo, es perfecto. Tal persona ha llegado a un punto en su vida cristiana que es capaz de controlar todo su cuerpo; es decir, para mantenerlo en sujeción como para no ofender a nadie. A tales bien se les puede aplicar el símil. Es capaz de refrenar todo el cuerpo.

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