Ofender a todos ; todos ofendemos en muchas cosas: por supuesto, también en el oficio de enseñar, donde hay especial peligro de que ofendamos de palabra. Esto debería disuadirnos de la osadía de arrogarnos este trabajo.

No ofendas de palabra ; tanto como decir: Los pecados de palabra son tan difíciles de evitar que el que puede guardarse de falta en este respecto es un hombre perfecto ; uno que tiene sus apetitos, pasiones y todas las propensiones del cuerpo y del espíritu, bajo un sabio control.

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