ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni zapatos, ni varas (porque el obrero es digno de su alimento).

No proporcione ni adquiera en su viaje; tu misión es estar sin recompensa material. La avaricia y el acaparamiento perjudicarían tu trabajo. No se debe tomar dinero de ninguna clase, no sea que el don y el beneficio de los milagros y del Evangelio parezcan en venta, y menos el oro, ni siquiera la plata, sí, ni un solo cobre. El cinto de la prenda superior se usaba no solo para recoger el manto suelto, sino también para sujetar las carteras o el cambio suelto.

De la misma manera no se permitía un bolso o billetera para provisiones, ni una segunda camisa o ropa interior, ni zapatos de viaje, ni pesadas varas, todo lo cual sería un estorbo para usted en su actual viaje. Deben ser como hombres con gran prisa, ansiosos por comenzar y continuar la gran obra. "Incluso el más mínimo beneficio de su cargo estaba prohibido, pero no implicaba ni un voto de pobreza ni de mendicidad, en el sentido papista".

Debían presentar el gran principio de que los mensajeros del Evangelio tenían derecho a recibir apoyo diario y hospitalidad gratuita. "Digno es el obrero de su sustento, Marco 6:8 ; Lucas 9:3 Este es un axioma que contiene, en la boca de Cristo, también un profundo consuelo. El obrero que sigue los otros mandamientos del Señor no necesita tener preocupación por su comida y ropa; Él proveerá.

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