Mateo 3:15

I. Vemos en el texto cuán fielmente observó Jesús las formas y deberes de la religión. Nada reviste los medios ordinarios de gracia con tanta importancia como ver a nuestro Señor, como uno de nosotros, observándolos. Era independiente de todos los medios y no necesitaba tales ayudas. Sin embargo, capaz de caminar sin estas muletas, se inclina a nuestra condición para poder enseñarnos, por su propio ejemplo, el uso devoto y diligente de todos los medios de la gracia. (1) El oró. (2) Asistió puntualmente a la adoración en la casa de Dios.

II. Permítanme exhortarlos al uso diligente de estos medios de gracia. ¿Puede haber algo más claro que esto, que si nuestro bendito Señor no descuidaba los medios de la gracia, mucho menos deberíamos, podemos, permitirnos hacerlo?

III. Permítanme exhortarlos a un uso devoto de estos medios de gracia. Porque la verdadera religión no reside en ellos. Si la religión no está en el corazón, no está en ninguna parte. No confíes en meros deberes exteriores, en la más escrupulosa y puntual atención a ellos. Debemos usar los medios de la gracia con diligencia, pero con devoción, dependiendo de la gracia de Dios, para que, llevándonos a Su presencia y bajo Su poder santificador, seamos salvos, no solo del castigo, sino de la servidumbre y la esclavitud. amor, del pecado.

IV. Al presentar a Cristo ante ti como tu modelo y como propiciación, no te estoy llamando a una tarea desesperada. No es a trompicones que los hombres se vuelven santos. No son esfuerzos ocasionales, sino prolongados, continuos y de por vida lo que se requiere; estar en ello a diario, siempre en ello; descansando pero para renovar el trabajo; cayendo pero para levantarse de nuevo. No es con prisas y un resorte que debemos alcanzar el carácter de Cristo, alcanzar la santidad perfecta; pero paso a paso, pie a pie, mano sobre mano, vamos lentamente, ya menudo dolorosamente, a subir la escalera que descansa en la tierra y sube al cielo.

T. Guthrie, El camino a la vida, pág. 175.

Referencias: Mateo 3:15 . JE Vaux, Sermon Notes, tercera serie, pág. 74. Mateo 3:16 . Spurgeon, Evening by Evening, pág. 63. Mateo 3:16 ; Mateo 3:17 .

Spurgeon, Sermons, vol. xvi., núm. 909; A. Barry, Cheltenham College Sermons, pág. 243. Mateo 3:17 . Revista del clérigo, vol. iii., pág. 289. Mateo 3 Homiletic Quarterly, vol. ii., pág. 79.

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