EL GRITO DE LOS NIÑOS

"En Rama se escuchó una voz".

Mateo 2:18

Estas pequeñas víctimas fueron las primeras sacrificadas por los poderes del mal para retardar el progreso del reino de la luz. La crueldad y el odio acompañaron la muerte del mismo Rey, y desde entonces los santos han sufrido, se ha derramado sangre, han corrido lágrimas y los mártires han sido testigos de su muerte.

I. La tragedia del sufrimiento de los niños . También nos recuerda la tragedia siempre presente del sufrimiento de los niños, el sufrimiento que resulta de las malas acciones, la crueldad o el descuido de las personas adultas. ¡Qué triste es todo, y nos damos cuenta de que, como la tragedia de antaño, es todo fruto del pecado! ¡Cuántas víctimas se sacrifican, año tras año, por la negligencia o el maltrato positivo de padres viciosos y crueles! Padres tan empapados por la bebida y otras indulgencias desmoralizadoras que el afecto natural ha muerto dentro de ellos, o solo brilla de manera intermitente, haciendo que los períodos de negligencia, violencia y crueldad sean aún más horribles en contraste.

II. Qué se puede hacer — Gracias a Dios, ahora se está haciendo mucho para aliviar el sufrimiento de los niños pequeños. La Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Niños hace mucho para prevenir las formas más graves de crueldad y malos tratos. Nuestra Sociedad de Desamparados y Extraviados rescata a los niños de las calles y sus influencias desmoralizadoras; y por todo el país se han erigido orfanatos, fundados por cristianos temerosos de Dios, para que los pequeños que se quedan desamparados no se queden sin hogar.

Podemos hacer mucho para aliviar este sufrimiento, para detener este continuo asesinato moral y real de pequeños inocentes, apoyando por todos los medios a nuestro alcance la realización del Evangelio, la obra de nuestra Iglesia, en los lugares oscuros de nuestras ciudades.

III. El verdadero remedio . Este es el verdadero remedio: exaltar a Jesús, el Amigo de los niños pequeños; llegar a los padres a través de nuestras Sociedades de Templanza y otras agencias parroquiales reformadoras; y así endulzar y hacer saludables las influencias del hogar. Y este es un trabajo en el que podemos hacer mucho para ayudar, tanto con el servicio personal como con la entrega de nuestros medios. También está el trabajo de las escuelas dominicales y otras agencias parroquiales para influir directamente en la vida de los niños pequeños y prevenir el asesinato de almas, que es aún más terrible que la crueldad y la muerte del cuerpo. De esta manera se hace mucho por la mente joven, llenándola con la hermosa historia del Evangelio, para evitar su envenenamiento por la atmósfera viciada de una vida hogareña viciosa.

—El reverendo HG Wheeler.

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